«El Palau Güell secret», una visita singular y nocturna para descubrir sus rincones más desconocidos
Cada segundo sábado de mes, a partir de las 20:30 h, el Palau Güell abre sus puertas a un número reducido de visitantes para realizar la actividad "El Palau Güell secret", una visita guiada que permite conocer algunos espacios de esta obra maestra de Gaudí que normalmente están cerrados al público.
Eusebi Güell, industrial, político y mecenas, encargó a Antoni Gaudí en 1886 la construcción del palacio para establecerse con su esposa, Isabel López, hija del marqués de Comillas, y sus diez hijos. El arquitecto diseñó un edificio funcional y con detalles innovadores para la época, pensados para facilitar el día a día de la familia.
En la caballeriza, por ejemplo, podrá observar los restos de los modernos mecanismos del ascensor y del sistema de electricidad que se instalaron en la casa. El salón central, que fue concebido como un espacio multifuncional –se celebraban conciertos, veladas culturales y literarias, oficios religiosos y recepciones sociales–, tiene una acústica especialmente cuidadosa, porque dos hijas de Güell, Isabel y Maria Lluïsa, tocaban música , y porque él mismo quiso tener en su casa un órgano, un instrumento a menudo presente sólo en las iglesias. De este órgano podrá admirar la consola original de Aquilino Amezua y, en exclusiva durante la visita nocturna, observará las varillas de transmisión del teclado y las dos fuelles con las que miembros del servicio insuflaban el aire para hacerlo sonar.
Otros espacios sorprendentes que visitarán durante el recorrido son: el despacho de Eusebi Güell, con una magnífica chimenea, obra de Camil Oliveras; el espacio donde estaba ubicada su biblioteca de más de 5.000 volúmenes, con un curioso lavamanos justo antes del acceso; el patio de Levante, con la casa de las muñecas donde jugaban sus hijas; o la espectacular azotea de las chimeneas multicolor.
La cámara de los grafitis, testimonio histórico de tiempos convulsos y represión
Esta visita, llena de sorpresas, incluye una estancia muy singular: la antigua cámara del cochero de los Güell, transformada entre 1938 y 1942 en el calabozo de la comisaría del entonces oficialmente llamado Distrito Quinto y, popularmente, "Barri Xino ". En las paredes de esta cámara, los detenidos dejaron numerosas inscripciones que reflejan de una manera muy impactante aquellos tiempos convulsos y de represión.
La cámara del cochero es un espacio habitualmente cerrado al público, debido a la fragilidad del patrimonio que hospeda y de sus reducidas dimensiones –tan sólo dieciséis metros cuadrados–. Ubicada a media altura entre la planta baja y las caballerizas del sótano, fue concebida como la vivienda del cochero de la familia y presenta en tres de sus paredes un total de 185 grafitos y grabados, actualmente estudiados y catalogados.
Al estallar la guerra en 1936, el Palau Güell fue requisado y se convirtió en sede del Sindicato Único de Servicios Públicos de Funcionarios Municipales de la CNT. El 5 de mayo de 1937, la Generalitat le protegió como monumento histórico, protección que perdió en enero de 1939 y que no recuperó hasta treinta años más tarde.
La Solidaridad Internacional Antifascista se hizo cargo del edificio en septiembre de 1937 y parece que en ese momento ya se utilizó la cámara como espacio de detención. A partir de julio de 1938, se instaló en el Palau Güell la comisaría del Distrito de Drassanes, y la cámara del cochero se convirtió en el calabozo.
Los detenidos de este período –aparte de los delincuentes comunes– a menudo eran anarquistas o personas simpatizantes del bando sublevado, dejando huella en las paredes de la cámara con las siglas de la CNT-AIT, unos, y con emblemas de la Falange Española y vivas en Franco y en España, los demás.
Con la entrada de las tropas franquistas el 26 de enero de 1939, el Palau Güell continuó hospedando la comisaría del distrito, pero cambió el signo político de las víctimas de la represión. Los grafitis de la época incluyen vivas en la República, en la Libertad y enla Pepa(la Constitución).
Varios grafitis hacen referencia a robos o actos violentos y, en ocasiones, incluso manifiestan agradecimiento por el trato recibido en la comisaría. Algunos narran detenciones por homosexualidad, testimoniando la dura represión sexual de aquellos tiempos oscuros.
Todas las inscripciones están escritas en castellano, si bien existen dos que hacen referencia a la prohibición de hablar catalán: “Si a un oficial le / hablas catalán / aquí te meterán / 1-5-41” o “Proibido hablar el ermoso catalán”.
Aunque dos tercios de los grafitos son textuales, hay algunos más gráficos, que representan figuras humanas, objetos, calendarios... e incluso un Popeye y una Betty Boop.
La visita nocturna El Palau Güell Secret le resultará muy interesante para explorar la primera gran obra maestra de Gaudí y descubrir parte de su historia.
Encontrará más información y entradas en inicio.palauguell.cat