De hacer papel de inodoro a ser la reina de los móviles: así se levantó el imperio de Nokia

BarcelonaSi coges el coche en Helsinki, subes la carretera E12 hacia el norte y conduces a ella durante un par de horas, pasarás junto a una pequeña ciudad de 35.000 habitantes. El nombre enseguida te llamará la atención: Nokia. Desde hace unos años, el municipio se ha hecho popular en la comarca por ser la cuna del kuuma koira, una especie de fránkfurt envuelto con un bollo azucarado. Ahora bien, quien hizo que el mundo entero conociera el nombre de este pueblo fue Frederik Idestam, un discreto ingeniero de minas que, en 1865, decidió fundar una fábrica de celulosa en el sur de Finlandia. El negocio de hacer papel le salió bien y, al poco tiempo, construyó una segunda fábrica. Esta vez, en el pequeño núcleo urbano de Nokia, junto al río Nokianvirta. Con la industrialización, la gran demanda europea de papel y cartón convirtió a la empresa en un auténtico imperio. La compañía adoptó el nombre de Nokia y, a su alrededor, se fue configurando la ciudad actual.

Más de un siglo y medio después, Nokia es conocida en todo el mundo por haber sido un icono mundial de la electrónica y las telecomunicaciones. En 2001, más del 30% de los teléfonos móviles llevaban su logotipo. Hoy, sus años de gloria son ya historia, pero minijuegos como elSnake o el tono de llamada preestablecido de los dispositivos siguen vivos para muchas generaciones. Ahora bien: ¿cómo lo hizo una fábrica de papel de inodoro para acabar reinando en el sector de la telefonía móvil?

La guerra, un papel clave

A finales del siglo XIX, el fundador de Nokia murió y sus sucesores decidieron abrir una nueva línea de negocio: la generación de electricidad aprovechando el agua del río. Enseguida, la zona se industrializó con fuerza. En 1904, se trasladó una fábrica de caucho, neumáticos y calzado. Al poco tiempo, también aterrizó un fabricante de cables para teléfonos. De repente, en la ciudad de Nokia se habían juntado los ingredientes que, bien combinados, serían clave para llevar a Nokia al paraíso tecnológico.

El primer paso para encaminarse se produjo a finales de la Primera Guerra Mundial. La crisis había dejado muy tocada a la empresa papelera y eléctrica. La fabricante de cables tampoco había salido bien parada. La de caucho lo aprovechó para extender el telonario, comprarlas todas y reflotarlas. Con la Segunda Guerra Mundial, el filón de oro lo encontraron fabricando respiradores médicos. Con un buen músculo financiero, en 1960 Nokia dio el salto al mundo de las telecomunicaciones.

"Eran años de un enorme desarrollo del campo de la electrónica y, posteriormente, de la microinformática", contextualiza Frederic Guerrero-Solé, investigador de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) experto en redes sociales y comunicación pública. Con una economía finlandesa demasiado dependiente del negocio de la madera, Nokia supo aprovechar su sólida estructura empresarial para atacar a un mercado que acabaría convirtiéndose en estratégico para los países occidentales, según el experto. La empresa creó un departamento de electrónica y situó la innovación constante como uno de sus valores esenciales. Los esfuerzos se tradujeron en un tipo de cable telefónico que permitía transportar mucha más información. "Invirtieron fuerte para hacer realidad su deseo: que la comunicación móvil pudiera popularizarse", explica Guerrero-Solé.

Pioneros de la telefonía móvil

Más allá de investigar cómo mejorar los cables telefónicos, Nokia también se centró en el mundo de las ondas y de la radiotransmisión. Su investigación se tradujo en un hito histórico: en 1981, Finlandia se convirtió en el primer país del mundo en tener un servicio de telefonía móvil. Un año después, la compañía presentó el Mobira Talkman, el primer teléfono portátil de la historia. Sin embargo, el gran salto no lo dio hasta 1987, con el Mobira Cityman, un teléfono de 800 gramos que causó furor en todo el planeta. En 1998, la presentación del inquebrantable Nokia 3310 acabó de remachar el clavo que situaba a Nokia como reina mundial de la telefonía móvil. Sin embargo, a los diez años, el paraíso se le agotó: el estreno del primer iPhone, de Apple, destronó a Nokia para siempre.