Periodismo del clima cambiante
El lector Francisco Roma nos plantea una reflexión sobre el cambio climático. Desde su experiencia de veinte años en el Ayuntamiento de Barcelona, “promoviendo la educación ambiental, la participación ciudadana y la incorporación de criterios ambientales en las políticas municipales”, hace una sugerencia interesante y bien sustentada que he considerado oportuno difundir dada la importancia capital del tema.
“Propongo –explica– al diario ARA una reflexión del equipo redactor para internalizar los aspectos climáticos en el análisis y descripción de la actualidad. Además de ofrecer noticias sobre las consecuencias del cambio climático y de explicar soluciones que mitiguen su impacto, es importante, en mi opinión, tener en cuenta en todos los aspectos de la vida social, política, económica y cultural, las derivadas climáticas. El objetivo es concebir el clima como el envoltorio de toda acción humana”.
El ARA ya organiza sesiones de debate y conferencias sobre estos temas para generar reflexión al respecto entre un público amplio, pero el Defensor agradece al lector Francisco Roma su comunicación, que nos ha dado pie a insistir en voz alta en una cuestión que nunca no es vanamente.
Gemma Garrido, jefe de Sociedad, comenta el tratamiento del ARA, de acuerdo con Sònia Sánchez, especialista en emergencia climática. Menciona que el diario ha creado una sección propia en la web, Medio y Crisis Climática, y que entienden esta problemática de una forma transversal que implica diversas secciones. Han formado, pues, un grupo de coordinación y vanrealizar una encuesta entre los lectores del diario para saber qué grado de interés y conocimiento tienen sobre estos temas”. También han puesto en marcha una newsletter específica sobre temas medioambientales, De pies en Tierra. Vale la pena mencionar también que el año 2019 el ARA se sumó al movimiento “para cambiar la terminología y priorizar los términos emergencia climática y crisis climática frente al de cambio climático a fin de ser consecuentes con la verdadera urgencia del problema”.
“Intentamos priorizar los contenidos medioambientales con criterios de proximidad, interés para el lector y dimensión científica –concluyen Garrido y Sánchez–. Cubrimos los impactos y las políticas nacionales e internacionales, nos hacemos eco de las publicaciones científicas y hacemos seguimiento de las COP (Conference Of the Parties) y otras cumbres específicas. También hemos realizado reportajes especiales en formato interactivo (como el de la situación de los cultivos de café en el mundo, el de la soja de Brasil y el del aguacate de Colombia)”.
He pedido la opinión deauctoritas al dr. Xavier Martínez de Osés, jefe del departamento de ciencias e ingeniería náuticas y profesor de meteorología y oceanografía en la Facultad de Náutica de la UPC. “Desde mi perspectiva –explica–, los datos apuntan a que las causas son eminentemente antropogénicas, y por tanto, el uso intensivo de los combustibles fósiles, que aumentan la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera”.
En esta dinámica, recomienda seguir informativamente las temperaturas del aire y la pluviometría, “con lo que esbozaríamos un escenario suficientemente representativo de los rasgos más evidentes en la variación del clima”. En relación con la temperatura, ha aumentado desde el año 1850 una media de 0,06 ºC cada década; y el aumento se ha triplicado desde el año 1982. El año 2023 fue el más cálido desde que se inician las grabaciones, siendo la década de 2014 a 2023 la que ostenta la temperatura más alta.
El profesor, especialista en navegación, hace hincapié en la repercusión del cambio climático en el mar, que sin embargo implica naturalmente el conjunto del planeta: “Adicionalmente, este calentamiento afecta a los océanos, que aumentan su nivel medio, lo que compromete las poblaciones que viven en cotas bajas. Una temperatura más alta tanto en la atmósfera como en los océanos implica una mayor potencialidad de evaporación y, por tanto, de transmisión de energía latente a las masas de aire. Ésta se manifiesta cuando se produce la condensación del vapor de agua y que intensifica la inestabilidad de las masas de aire. Los episodios meteorológicos extremos pueden tener mayor impacto por la mayor cantidad de energía liberada”.
“En relación con la disponibilidad de agua dulce –concluye el dr. Martínez de Osés–, entendemos por sequía una anomalía transitoria caracterizada por un período de tiempo con valores de las precipitaciones inferiores a los habituales en un área. La escasez de precipitaciones provoca la sequía meteorológica, mientras que entendemos por sequía hidrológica la insuficiencia de recursos hídricos necesarios para abastecer a la demanda existente. (El estrés hídrico condicionará la producción de alimentos)”.
Sherlock Holmes y la no ficción
El lector Josep-Manel Alarcó me ha transmitido una serie de críticas y sugerencias sobre el ámbito de la cultura, fundamentadas desde un currículum que le hace fiable y que iré tomando en consideración. Por el interés general, hoy destaco la referencia a los listados de libros más vendidos, que en el ARA, como en otros medios, publicamos semanalmente: “El ranking de libros no es útil: quizás lo es para la ficción (incluye poesía y teatro?), pero no para la no ficción: se embadurna con libros de autoayuda y mediáticos de la imagen en la letra escrita”.
El jefe de Cultura, Xavier Cervantes, me traslada su visión del tema, empezando por valorar la fiabilidad de la fuente, el Gremio de Editores de Cataluña, a partir del informe de LibriData, “el más completo y fiable del país porque registra la venta diaria de libros en más de 150 puntos de Catalunya, entre librerías y grandes superficies”. Precisa que son datos de consumo, mientras que las prescriptoras acuden a las columnas de opinión, críticas, reportajes y entrevistas. Y se manifiesta no partidario de “segregar libros por categorías temáticas ni formales. Al fin y al cabo, es una lista de consumo. Por otra parte, la consideración literaria de un libro no es tan importante como la calidad del libro, porque en la lista de ficción también aparecen novelas infames, y en la de no ficción pueden aparecer libros gastronómicos extraordinarios ( quizás sería más complicado encontrar uno extraordinario de autoayuda, aunque un buen ensayo filosófico puede ser de gran ayuda)”.
Como clausura, Cervantes anota que “la utilidad de la lista de no ficción tal y como la publicamos es obvia: permite ver qué libros compramos en Cataluña y, por tanto, qué intereses tenemos a lo largo del año. Por ejemplo, la lista de más vendidos en no ficción del 16 al 22 de septiembre la encabezaban un libro de filosofía (Nexus, de Harari), un ensayo sobre enseñanza (Incompetencias básicas, de Damià Bardera), un retrato político (Salvar Cataluña, de Xavier Torrens), unas memorias periodísticas (Jugada personal, de Juanjo Pallàs) y una crónica periodística de primera (Cabezas de serpiente, de Patrick Radden Keefe)”.
El Defensor, sin embargo, quiere dejar abierto un tema que es un debate permanente en el gremio, digamos, afectados por el indiscriminado de la no ficción, y lo ha sometido a la consideración de la doctora Montserrat Palau, profesora de filología catalana y directora de la Cátedra Josep Anton Baixeras de Patrimonio Literario Catalán de la URV, que es suscriptora del ARA y nos conoce bien:
“Nuestra literatura occidental parte de los tres géneros clásicos –épico, lírico y dramático–, que a lo largo de los siglos han incorporado nuevas variantes o subgéneros que consideramos creación literaria. Algunos de ficción, como la novela gráfica o los guiones audiovisuales; otros de no ficción, como el periodismo de investigación o de opinión. También la que llamamosliteratura del yo–autobiografías, dietarios, memorias...–, aunque la voz narrativa no deje de construirse como un personaje. Y, también, el ensayo, creativo o subjetivo o más documentado y desde muchas ópticas y disciplinas. El nuestro es un mundo de economía de mercado y cifras, listas y clasificaciones le espolean. Las listas diferencian entre ficción y no ficción. Pero no ficción no son libros de recetas del tipo que sean, de cocina, de fórmulas de vida o de salud física o mental. No deberían estar, no son, en mi opinión, creación literaria. No son literatura en esa acepción”.
“La vida es infinitamente más extraña que cualquier cosa que pueda inventar la mente humana”, dijo Sir Arthur Conan Doyle a Sherlock Holmes, y lo hemos simplificado en el aforismo “La realidad siempre supera a la ficción”.
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