Cómo ser 'pija' sin montar a caballo

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Botas Givenchy.

Si hemos normalizado llevar zapatillas para no hacer deporte, ¿por qué no podemos hacerlo con la ropa de equitación sin haber pisado una cuadra? Pues dicho y hecho, esta tendencia llega este otoño a través de las botas de caña alta, similares a las de montar a caballo. Podríamos creer que esta moda viene motivada por una admiración sincera por el animal, pero, de ser así, también sería tendencia la ropa de los veterinarios encargados de su bienestar o del gaucho ganadero latinoamericano. Pero en este caso el caballo no tiene importancia y lo que interesa sobre todo es el entorno elitista de la hípica, algo muy diferente.

El mundo ha estado siempre dividido entre los privilegiados, que han ostentado el poder, y los que han tenido que doblegarse ante la voluntad de los primeros. Y con unas estructuras sociales difíciles de cambiar y unos sistemas que han perpetuado la desigualdad, la moda a menudo ha actuado como una ficción para las clases medias y bajas, haciéndonos creer que, a través de la apariencia, podíamos tomar el ascensor social. Una idea muy lucrativa para el capitalismo, ya que, mientras no paramos de consumir, seguimos engordando el sistema, enriqueciendo a los privilegiados y perpetuando las desigualdades, mientras los límites de clase sigan estando en el mismo sitio.

Estaremos de acuerdo en que la equitación es un deporte tradicionalmente vinculado a una élite que se le pueda costear y, por este motivo, mucha moda que denota privilegio se refleja. Desde las camisas Oxford de los jugadores de polo –con su derivada en el polo Lacoste–, pasando por los pantalones ajustados con parches en el interior de las rodillas o las chaquetas de sastrería.

En 1953 Gucci convirtió el mordisco de caballo, que es la pieza de las riendas emplazada en la boca del animal, en un elemento definitorio de la marca, presente en zapatos, bolsos y cinturones. Hermés también remite a menudo a este mundo, ya que sus orígenes, antes de elaborar los famosos equipajes, era la peletería ecuestre. Marcas como Ralph Lauren a menudo se inspiran en la equitación, aludiendo a la cultura preppy de Nueva Inglaterra que define su ADN, como hacen marcas más económicas como Massimo Dutti.

Pero, volviendo a las botas, las que ahora son tendencia se caracterizan por tener ceñida en la pierna la parte superior de la caña, que, a medida que baja, adquiere mayor amplitud. Una copia descarada de unas ideadas por la diseñadora Beth Levine en los años 70, con las que creó el trompe-el oeil de unas botas que llevaban incorporadas la pernera de un pantalón de pata de elefante. El año pasado marcas de lujo como Givenchy lanzaron con éxito este "nuevo" modelo de bota y, como no podía ser de otra forma, este invierno nos llega en versión "para todos los públicos", a través del habitual práctica de apropiación creativa del grupo Inditex. Por tanto, sea cual sea tu condición social, ya tienes la posibilidad de convertirte en una auténtica Cayetana a punto de cabalgar en plena campaña inglesa, sin necesidad de haber visto nunca un caballo de cerca, pero sin olvidar que no siempre el hábito hace al monje.

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