Los preliminares televisivos de la investidura
Los preliminares televisivos del acto de investidura de Pedro Sánchez se caracterizaron por un despliegue de medios en todas las cadenas que proporcionó una cuenta atrás entretenida:
Diferencia de decibelios: El volumen de las tertulias servía para distinguir rápidamente si era una cadena pública o privada en un primer zapping ágil. Un hipotético crispómetro también habría servido para identificar rápidamente a Antena 3 y Telecinco.
Imágenes de recurso: Las públicas utilizaban sólo esporádicamente las escenas de manifestaciones violentas de las noches anteriores con argumentos justificados. Las privadas, en cambio, abusaban de ellas y las hacían aparecer simultáneamente con la retransmisión en directo para potenciar ese contexto de convulsión social.
La guerra de las fotografías: Como imágenes de recurso, en los magazines matinales también se utilizaban algunas fotografías de estos días. La de Puigdemont con Santos Cerdán bajo el cuadro de la urna, Feijóo bajo el rótulo de "Help Spain"... Las puestas en escena promovidas por los propios partidos, con apariencia de instantánea espontánea, están resultando una herramienta eficaz no sólo en las redes sociales.
La llegada de los grupos parlamentarios: Su entrada en el Congreso era la cuenta atrás perfecta. Escuadras de competición minutos antes del gran espectáculo político.
Los lapsus: Susanna Griso comentaba que "las bases de Podemos, por cierto, avalan la amnistía". Y rápidamente los tertulianos le advertían: “¡No! ¡Avalan la investidura! Cuidado...” Y Griso seguía: "Ergo, la amnistía". La evidencia de cómo se está enfocando la narrativa en algunas cadenas.
El protagonismo del autocar: Susanna Griso hizo un inciso en la entrevista en Margallo para enseñar el autocar de Hazte Oír con el lema "Sánchez traidor". Más tarde, la pantalla volvía a poner énfasis en el autocar con la imagen manipulada de Pedro Sánchez, convertido en Hitler.
El tomate de Telecinco:La mirada crítica, el magacín matinal de Ana Terradillos, se ha convertido en una especie deAquí hay tomate, donde unos vídeos sensacionalistas, grabados con la locución dramática de los programas de chismes, iban creando un crescendo catastrófico: “Enseguida, ¡la investidura más polémica! ¡Más costosa! ¡Más explosiva!”, “¡Sánchez cede y habrá una Seguridad Social vasca y una solo para catalanas! ¿Un brindis al sol?” Exacerbaban continuamente la catalanofobia y convertían el acto de investidura en una catástrofe social y política.
El sonido simbólico: En Telecinco, los grafismos que plasmaban los supuestos cambios en los ministerios del gobierno de Pedro Sánchez se modificaban acompañados del sonido de una máquina tragaperras cuando modifica la pantalla de los juegos de azar. Un sonido que lógicamente tenemos asociado al azar y al dinero.
El coste de Puigdemont: La monetización del acuerdo. Uno de los platos fuertes del programa de Telecinco consistía en calcular lo que costará Puigdemont en el erario público: “Escuchas de Puigdemont. El gobierno paga. ¿Cuánto cuesta?”
Utilización de los sindicatos policiales: Las cadenas privadas usan portavoces de sindicatos de la policía o los Mossos como fuentes oficiales de los cuerpos de seguridad y quedan integrados en un relato ideológico.