Así funciona el grado abierto, la fórmula hecha a medida para el alumnado indeciso
La modalidad, que empezó a ofrecerse en Cataluña hace diez años, permite personalizar los estudios y cursar asignaturas de diferentes grados durante el primer año de carrera, con la orientación de un tutor académico

Los lunes, una asignatura del grado de Economía y otra de Publicidad y Relaciones públicas. Los martes, una del itinerario de Ciencias Políticas. Los miércoles y jueves, otras dos de Humanidades y, para acabar la semana, una de Periodismo. Desde hace diez años, el alumnado que comienza la universidad no tiene por qué decidir, de entrada, qué carrera concreta querrá cursar. La fórmula se llama grado abierto y permite aplazar cerca de un año uno de los temas que más angustian al alumnado que quiere dar el salto a la universidad: elegir qué grado cursará durante los siguientes años. Es una modalidad que, hoy, en Cataluña, tan sólo ofrece la Universidad Pompeu Fabra (UPF), pero que cada año recibe más solicitudes para cursarla. En el último curso, de los 50 aspirantes tan sólo se pudieron matricular 30, el tope de oferta. Esto se traduce en una nota de corte media de acceso bastante elevada, que en los últimos años ha oscilado entre el 11,2 y el 12,3 sobre 14. Pero, exactamente, ¿cómo funciona un grado abierto?
"Es una fórmula que, aunque todavía se conoce poco, da una oportunidad de oro al alumnado indeciso, que puede probar asignaturas de varios estudios y aplazar cerca de un año la elección definitiva del grado del que se acabará titulando", explica Ester Oliveras, delegada de Programas Transversales de la UPF. En el primer curso, y durante un máximo de cuatro trimestres, quien cursa un grado abierto puede montarse un curso a medida, con cualquier asignatura de todos los grados que ofrece la UPF, excepto en dos casos: el de medicina y los que se crean conjuntamente con otras universidades. "Es ideal para los estudiantes indecisos, que con 17 o 18 años todavía no tienen claro qué carrera quieren cursar, pero también para quienes tienen curiosidad e inquietudes distintas", apunta Oliveras. Ahora bien, después de cuatro trimestres –a lo sumo–, deben decidirse. "Acaban escogiendo en qué grado de destino se titularán", añade.
Orientación personalizada
Optar por cursar un grado abierto tiene ventajas, pero también supone tener que enfrentarse a la configuración de unos horarios que son un auténtico rompecabezas. Actualmente, en la UPF, pueden elegir asignaturas de 24 grados diferentes. Esto significa que deben informarse de toda la oferta, escoger las clases y encajarlas dentro del horario. Para hacérselo más fácil, la universidad les asigna un tutor académico. "Les acompañamos y orientamos en todo el proceso de una forma muy estrecha y personalizada, uno de los motivos que hace que sólo podamos ofrecer 30 plazas", justifica la delegada. También les ponen en contacto con estudiantes de promociones anteriores del grado abierto que ya están cursando el grado de destino, adoptando el rol de embajadores.
Uno de los alumnos que optaron por cursar el grado abierto es Antoni Forné, que este año ya ha subido la recta final del grado que eligió: Ingeniería en Informática. Él eligió esa fórmula innovadora de estudios porque quería un itinerario académico que combinara ingeniería con conocimientos de economía. "Me siento muy identificado con el perfil fintech, o una combinación entre economía e ingeniería, y este programa me ofrecía la oportunidad de explorar estos campos sin tener que cursar un doble grado", admitía hace unos meses en un reportaje de la UPF, elaborado con motivo del décimo aniversario de esta modalidad. informadas", dice.
Además, cuando acabe, tiene previsto realizar el Mínor del Programa de Grado Abierto en Competencias Transversales, una novedad del último curso y pionera a escala estatal. El objetivo es fomentar y consolidar los conocimientos interdisciplinares y las competencias transversales que adquieren los estudiantes del programa. "Tiene como vocación que la transversalidad, entendida como rasgo distintivo de los graduados y graduadas que hayan cursado el grado abierto, sea una experiencia demostrable, al tiempo que complemente la formación adquirida en el grado de destino", describe la universidad.
Durante los 10 años que se ofrece, ya son cerca de 300 los estudiantes que han cursado el grado abierto para explorar diferentes ámbitos interdisciplinarios y articular un itinerario propio, de acuerdo con sus intereses académicos y profesionales. De cara al próximo curso, la Universidad de Barcelona incluirá un grado abierto a través de la CETT que permitirá combinar asignaturas de cuatro grados: Grado en Turismo, Grado en Marketing, Eventos y Entretenimiento, Grado en Dirección Hotelera Internacional y Grado en Negocio Digital e Innovación.