Unos presupuestos expansivos para preparar un futuro incierto

El Govern ha presentado el proyecto de presupuestos para 2024 que ha definido como los más "expansivos" de la historia. Efectivamente, la cifra asciende hasta los 43.673 millones de euros, una cantidad que alcanza incluso los 48.492 millones si se incluye a todo el sector público. Crece el gasto en salud, enseñanza, investigación y cultura, y también existe una fuerte inversión en infraestructuras para hacer frente a la sequía y para la promoción de vivienda pública. Venimos de años de relativa bonanza económica en la que, además, gracias a las ayudas estatales y europeas, tanto directas como de contención fiscal, se ha podido incrementar el gasto público en sectores clave de fuerte impacto social.

En los nuevos presupuestos, el gasto concreto de los departamentos crecerá un 7,6%, lo que en términos absolutos supone, por ejemplo, que Ensenyament subirá su presupuesto en 683 millones de euros, en buena parte para incrementar la plantilla y reducir ratios, y que Salut tendrá otros 636 millones de euros que se destinarán en buena parte a reforzar la atención primaria ya mejoras para los trabajadores sanitarios. La consellera de Economía, Natàlia Mas, lo recordó en la presentación de las cuentas y hizo un llamamiento a los grupos para que negocien de forma responsable, ya que la actual "ventana de oportunidad" no durará siempre y el margen presupuestario para crecer se reducirá en el futuro.

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Si echamos una mirada al pasado, hace diez años, se entiende aún mejor a qué se refiere la consellera. Era el momento postcrisis de los grandes recortes, de la deuda desbocada, de la venta de patrimonio propio para hacer frente a los gastos y de un presupuesto que casi era la mitad de lo que hay ahora. Hoy se critica, con cierta razón, la falta de previsión a la hora de realizar inversiones con infraestructuras troncales, como las necesarias para hacer frente a la sequía, que ahora necesitamos. Pero en ese momento apenas se podían mantener unos servicios básicos que hasta ahora, y aún no del todo, no han podido recuperarse del tirón. Merece la pena recordarlo porque la coyuntura económica global puede volver a cambiar. Europa ya ha avisado de que devuelve el control del déficit, habrá menos que repartir y las prioridades irán hacia otros ámbitos ligados a la inestabilidad geoestratégica del continente. Crisis energética, climática, armamentística... No sabemos lo que nos vamos a encontrar, y es importante aprovechar la oportunidad para poner en marcha, pronto, las infraestructuras y las prioridades de crecimiento que necesita el país.

Es sobre estos grandes temas de país –investigación, clima, salud, educación, vivienda...– que deberían pivotar las negociaciones con los grupos de cara a mejorar en todo lo posible los presupuestos. Es comprensible que en el ámbito político e ideológico existan temas, como el Hard Rock, que puedan ser cruciales tanto a favor como en contra para los partidos. Al igual que ha sido una prioridad para el PSC realizar este macroproyecto lúdico y de juego, hay que entender que no hacerlo sea también una prioridad para los Comunes. Pero sería una oportunidad perdida para el país que no se aprovechara para negociar en los otros muchos ámbitos clave que afectan a toda la ciudadanía.