Elecciones municipales

El primer pueblo donde gobernará la ultraderecha independentista: "Nadie de la lista sabía qué era el Front Nacional"

El alcalde, el único militante de este partido, convenció a los miembros de la candidatura para concurrir bajo sus siglas

BarcelonaCon la incógnita de saber si Aliança Catalana acabará gobernando en Ripoll o el resto de fuerzas impulsarán un cordón sanitario para impedirlo, La Masó, en el Alt Camp, será el primer municipio de Catalunya donde gobernará la ultraderecha independentista. El Front Nacional de Catalunya (FNC), el partido del cual se escindió Sílvia Orriols porque lo consideraba demasiado moderado, ha desbancado a Junts, que gobernaba desde el 2011, después de conseguir la mayoría absoluta, con 91 votos y 4 regidores frente a los 67 y 3 de los juntaires. Pero la mayoría de sus votantes, incluso los futuros regidores, han votado a un partido que ni conocían.

Albert Camps, que solo tiene 22 años y que el próximo sábado se convertirá en el nuevo alcalde de este pueblo de menos de 300 habitantes, es el único militante de esta formación, que usurpó las siglas del histórico partido creado en 1940 en París por exiliados de Estat Català y que ahora reúne a "patriotas" y "nacionalistas" que quieren "una Catalunya independiente, rica, segura y donde la lengua y la identidad catalanas sean las hegemónicas". Los otros seis miembros de la candidatura son independientes. De hecho, Camps les explicó en una reunión qué era y qué quería el Front a grandes rasgos. "Algunos habían oído hablar, pero otros no y no les pareció ni bien ni mal porque las siglas no tienen importancia", admite el futuro alcalde.

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"Nadie sabía qué era el FNC", afirma el número 3 de la candidatura, Joan Lluís Venteo. "Una vez nos lo explicó le dijimos que no nos presentaríamos con el programa del Front, que queríamos hacer política de pueblo", dice este programador de 49 años, que no esconde sus reservas con la ideología del partido. "Me siento muy catalán, pero la inmigración no me molesta, las doce personas que son de fuera se han adaptado y no las considero inmigrantes". El alcalde rebate que sean un partido antiinmigración : "Apostamos por controlarla y regularla y más que en contra del multiculturalismo defendemos nuestra identidad, que está en peligro. No le negamos la catalanidad a nadie". El programa municipalista del FNC lo dice con otras palabras: "El multiculturalismo va en contra de una identidad nacional fuerte y, por lo tanto, en contra de la nación. Quienes vengan a Cataluña se tienen que adaptar a la cultura nacional, nunca al revés".

El programa también recoge que no autorizarán "la apertura de centros religiosos financiados con capital extranjero ni de templos que segreguen por razón de sexo en su acceso", en referencia a las mezquitas, pero el alcalde deja claro, en este punto, que si es legal no se podría oponer. "Hay que ser realistas", apunta. Sí que comparte que los inmigrantes que no tengan papeles y sean reincidentes sean expulsados: "¿Por qué los tenemos que mantener? Si no, esto es un caos y no puedes pasear tranquilamente".  

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David Benet, uno de sus votantes, reconoce que él también apuesta por "una inmigración más ordenada con medidas más estrictas", pero subraya que en estas elecciones la gente ha votado "a la persona, no a un partido". "El pueblo quería un cambio, casi nadie que les ha votado sabe qué es el Front, ni los mismos de la lista", añade este jardinero de 50 años. "No pusieron ningún cartel y mucha gente creía que era un partido de independientes", denuncia un abuelo, que prefiere mantenerse en el anonimato. Otra abuela que tampoco quiere quedar expuesta dice que el nuevo alcalde "parece buen chico", pero recela del partido por "las barbaridades" que dice de la inmigración.

"Con un partido independiente también habría ganado"

El alcalde saliente, Pep Solé, también cree que su sustituto no ha sido sincero: "La gente no sabía que era un partido antiinmigración, si lo explicó lo hizo con la boca muy pequeña. Ahora le toca al pueblo reflexionar qué ha votado". El veterano alcalde, de 80 años, está convencido de que Camps habría ganado con cualquier partido: "No diré que no, la gente que nos votaba está en el cementerio y los jóvenes lo han votado a él, y yo no he ido a ninguna casa a pedir el voto y ellos han movido cielo y tierra". Su sustituto tampoco discrepa: "Con un partido independiente también habría ganado", dice. Curiosamente, Camps había sido regidor de Junts en este último mandato, pero partió peras con el alcalde. "Hacía lo que le placía sin consultar nada", espeta.

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Dos años antes de que acabara el mandato se hizo militante del Front: "Era el único partido que podía aceptar, porque Junts ya tenía representante y ERC y la CUP se han vendido y son colaboracionistas del estado español". Rehusa que el partido que representa sea de extrema derecha: "El FNC es de extrema normalidad, un partido normal que quiere un país normal. Y el punto más importante es la independencia, porque no podemos prosperar como nación oprimida". La DUI no la proclamarán: "No lo haremos porque reirían de ella, se tiene que hacer desde el Parlamento".