El resultado en Euskadi demuestra que la sociedad pide un cambio
El histórico resultado electoral de este domingo en Euskadi, con un empate entre el PNV y EH Bildu en 27 escaños, demuestra que la sociedad vasca ha pasado página de la tragedia del terrorismo y ahora reclama un cambio en las prioridades a sus gobernantes. El hecho de que EH Bildu haya tenido el mejor resultado de su historia y se haya quedado en un escaño de superar al PNV, aunque esto no comporte un cambio en el gobierno, es un mensaje muy potente de que tanto el PNV como el PSE deben escuchar. El nuevo lendakari, Imanol Pradales, debe saber leer el resultado y ofrecer a los ciudadanos algo distinto si no quiere ser el último presidente peneuvista.
De entrada es evidente que la ciudadanía reclama una mayor excelencia en los servicios públicos, o al menos que estén al nivel de lo que las finanzas vascas pueden soportar, que es mucho más que el resto de comunidades autónomas gracias al concierto económico . No puede ser que una comunidad rica tenga un sistema de salud pública saturado y que los informes PISA sitúen a los alumnos vascos en la cola en comprensión lectora.
El nuevo gobierno deberá hacer autocrítica y plantear soluciones. Ya en campaña Pradales admitió las deficiencias del Osakidetza, el sistema sanitario, ofreciendo un pacto nacional al resto de fuerzas. Este hecho quizás también obligará a un replanteamiento de la política fiscal, que está en manos de las diputaciones donde también gobiernan conjuntamente el PNV y el PSE. Y por último, el nuevo gobierno tendrá que acostumbrarse a practicar el diálogo con el principal partido de la oposición, EH Bildu, para buscar el máximo consenso en algunas materias que lo necesiten.
El resultado también demuestra que, pese a los intentos de algunos por introducir ETA en la campaña, esto no ha tenido ningún efecto en los votantes. Y lo que se percibe es, en contra de la tendencia global, cierto giro a la izquierda. Es posible que éstas sean las últimas elecciones en las que resulte impensable un pacto EH Bildu - PSE, ya que Euskadi es la única comunidad autónoma de España donde nunca ha habido un gobierno nítidamente de izquierdas (cuando fue lendakari Patxi López , gobernó con el apoyo del PP). De momento, Pedro Sánchez no parece interesado en cambiar de socios.
La noche electoral deja también otras lecciones, como la marginalidad de Vox y el binomio Podemos-Sumar, que al ir separados han quedado reducidos a un solo escaño, y también el poco peso del PP, pese a ganar un escaño y tener -7 de un total 75. Entre el PNV y EH Bildu se han llevado casi un 69% del voto, una cifra que explica muy bien el hecho diferencial vasco, ya que en Cataluña el voto soberanista siempre se ha situado en el alrededor del 50% y en las próximas elecciones el favorito es el partido socialista.
La gran conclusión de la jornada es que a partir de hoy ya no se podrá hablar del PNV como el partido hegemónico en Euskadi. Ésta es una condición que tendrá que compartir con EH Bildu, y probablemente sea el mejor síntoma de la normalización política de un país que ha hecho grandes esfuerzos para superar la fatídica herencia de la violencia etarra.