Sergi Tarín: "La sociedad valenciana ya ha olvidado la corrupción del PP"
Periodista
ValenciaEl periodista Sergi Tarín (Valencia, 1978) ha publicado el libro La madriguera. La trama de Cooperación del caso Blasco (Alfons el Magnànim, 2023), una obra que es producto de la beca Josep Torrent de la Unió de Periodistes Valencians. La investigación analiza cómo la conselleria valenciana de Solidaridad y Ciudadanía que dirigía Rafael Blasco (PP) entre los años 2007 y 2011 desvió hasta cinco millones de euros de 27 proyectos de cooperación. La mayoría del dinero se destinó a la compra de pisos, yates y apartamentos de lujo en Valencia y Miami.
La presentación del libro estaba prevista para septiembre. ¿Por qué se ha adelantado?
— Porque en la Institució Alfons el Magnànim [que depende de la Diputación de Valencia] existía la sospecha de que en septiembre pudiera existir una censura o un secuestro de la publicación.
Habla del posible secuestro de un libro cuando hace poco hemos conocido el veto a unas revistas o el cambio de nombre de un auditorio municipal. ¿Son episodios que se van a volver habituales?
— Las elecciones autonómicas generaron un impulso a los partidos de ultraderecha, pero ahora puede producirse un compás de espera [ante la incertidumbre sobre la constitución de un nuevo gobierno estatal]. Luego continuarán.
Su libro habla de la corrupción del Partido Popular, una formación que ha vuelto a ganar las elecciones en el País Valenciano. ¿Ha olvidado la ciudadanía la corrupción del PP?
— Sí, por completo. Pero no ahora, yo ya lo percibí en el segundo juicio del caso Blasco, en el 2019, durante el que no existía ningún interés ciudadano ni en los medios. Era un tema amortizado. [Lo dice también] el poco escándalo que ha levantado que los grandes casos de corrupción del PP se hayan cerrado en falso, con sentencias low cost, con conformidades de la Fiscalía y con penas bajísimas.
¿A qué atribuye ese olvido?
— A la escasa importancia que ha tenido para los medios en un momento dado y también al poco caso que le han hecho los políticos una vez que han llegado a los espacios de gobierno. Yo recuerdo que se hablaba de muchas comisiones de investigación, de abrir los cajones, de personarse en denuncias, y eso no ha sido así. Yo creo que ha sido un error. Porque la actitud de la derecha es pertinaz, porque la gente que está entrando en las instituciones es gente que proviene de esas viejas corruptelas, algunos, antiguos zaplanistas [como el propio nuevo jefe del Consejo, Carlos Mazón].
Usted denuncia en el libro una justicia “apática”.
— Apática sobre todo por el tribunal en la segunda y tercera pieza después de una instrucción impecable de la magistrada Nieves Molina. Todo fue devaluado por el comportamiento del tribunal [presidido por el juez Antonio Mora Alarcón y con la presencia de la magistrada conservadora PP Esther Rojo Alarcón] que se veía que tenía desinterés.
¿Quién es Rafael Blasco?
— El político valenciano que más tiempo ha estado en la cúspide del poder, yendo de un partido a otro [del FRAP, al PSPV y después al PP]. Era la voz que murmuraba en el oído de los presidentes [también fue consejero de Territorio y Sanidad]. Una persona enferma del poder. Un mercenario que tiene una tropa [clan familiar que incluye a su esposa y ex directora del IVAM Consuelo Ciscar] que lo sigue y que promete vasallaje a cambio de zonas francas de poder dentro de los gobiernos. Es como una especie de Wagner.
¿Cuánto dinero acumuló la familia?
— Se ha cuantificado que acumularon un patrimonio de 267.565 metros cuadrados, el equivalente a 27 campos de fútbol, en 51 propiedades.
¿Cuánto dinero se ha devuelto ya de los cerca de cinco millones desviados del sector de la cooperación?
— Hasta marzo de 2023, poco más de dos millones.
¿El sector de la cooperación mostró alguna connivencia?
— Estrictamente no, pero sí un cierto silencio. Es un sector muy dependiente y levantar la voz puede costar no recibir ayudas. Creo que sí era conocido que había una serie de entidades que estaban ganando mucho dinero. Cierto es que no hubo una denuncia clara por parte de las ONG hasta que el caso estalló.
¿Las ONG han hecho propósito de enmienda?
— Las ONG reivindican este caso como la gran victoria de la sociedad civil porque fueron capaces de organizarse y de sostener una acusación popular durante mucho de tiempo a través de crowdfunding. En un principio, se mostraron temerosas a perder subvenciones si eran críticas, pero después fueron imprescindibles para continuar con la judicialización del caso. Se sienten como las grandes artífices de haber llevado a Blasco a la prisión.
¿Recibió la acusación popular presiones durante el juicio?
Las ONG no, pero el abogado de la acusación popular, Raúl Vidal, sí. En el libro denuncia llamadas telefónicas y amenazas e intentos de compra de voluntades para que dejara de acusar a determinadas personas.