Automoción

China asalta el mercado europeo del coche eléctrico

El gigante asiático ofrece precios más competitivos por la ayuda a la industria y el control de la cadena de valor

BarcelonaEl coche electrificado es la punta de lanza de la industria de la automoción china para asaltar al resto de los mercados mundiales. Un dato lo pone de manifiesto: en el último trimestre del 2023, la china BYD tomó el primer puesto del podio de ventas de coches eléctricos en la todopoderosa Tesla de Elon Musk. La marca con sede en Shenzhen matriculó en el cuarto trimestre del pasado año 526.409 unidades 100% eléctricas. Tesla matriculó 484.507 en todo el mundo.

La subida de ventas de la marca china no responde a un pinchazo de la empresa de Elon Musk, porque Tesla, pese a perder el primer puesto, creció un 20%. Es decir, el aumento de la marca china responde sobre todo a su propio crecimiento, y no sólo al mercado de China, donde cada vez hay más ayudas estatales a la electrificación de la automoción –lo que permite ofrecer al mercado vehículos más baratos que los europeos con la ventaja competitiva que esto implica–, sino al aumento de las ventas en el resto del mundo. Un estudio de Natixis CIB da idea del dominio chino del mercado mundial del coche eléctrico. Un 41% de las exportaciones mundiales de coche eléctrico son chinas (incluyen las de marcas extranjeras que fabrican en China, como Tesla), cuando en el 2019, justo antes de la pandemia, eran el 21%. Además, un 52% de las ventas de coches enchufables (eléctricos e híbridos) son de marcas chinas.

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El estudio destaca que el gigante asiático domina no sólo la fabricación de coches eléctricos, sino también la cadena de valor: entre enero y septiembre del pasado año, dos de cada tres baterías para coche electrificado se fabricaron en la China. Un 32% de los coches exportados por China van destinados a la Unión Europea, su segundo mercado después de la región de Asia-Pacífico (34%) y muy por delante del Reino Unido (9%), América (7% ) o Oriente Próximo (8%).

El caso de la marca BYD es paradigmático. Fue la primera del mundo en vender más de 300.000 coches enchufables en un mes. Este 2024 la compañía tiene puesto el foco en su expansión global, especialmente en el mercado europeo. La ofensiva china ha obligado a las empresas tradicionales de la automoción de Europa a reaccionar, especialmente a grupos como Volkswagen, BMW y Mercedes. La reacción ha dado sus frutos: Volkswagen superó a Tesla en el mercado germánico y aumentó un 11% las ventas de coches eléctricos en este mercado. Las otras dos grandes marcas alemanas, BMW y Mercedes-Benz, aumentaron un 72,2% y un 45,8%, respectivamente, sus ventas de coches eléctricos.

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Pero el embate chino es enorme. De hecho, el gigante asiático se ha convertido en el primer exportador mundial de coches, desplazando así a Japón, tradicional líder mundial desde hace años, superando a otros líderes del mercado como Estados Unidos o Corea del Sur, explicaba hace poco The New York Times. Además, ese impulso llega de la mano del coche eléctrico: uno de cada cuatro coches vendidos por China es de batería.

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En el punto de mira de los chinos está Europa, porque los aranceles y la guerra comercial hacen muy difícil su entrada en Estados Unidos. Según la consultora PwC, en 2025 el gigante asiático exportará 800.000 coches a Europa, la mayoría eléctricos. Los chinos “han optimizado y desarrollado sus productos en el mercado doméstico, lo que les permite producir eléctricos a menor coste y disponer de tecnología innovadora”, indica la consultora. Según la patronal del gigante asiático, el objetivo de la industria de la automoción china es exportar 8 millones de coches en 2030.

Investigación europea

La agresiva política comercial de las marcas chinas ha disparado ya las alertas en Europa. Gran parte del éxito de los coches eléctricos del gigante asiático tiene como base el precio, mucho más competitivo que el de los vehículos fabricados en Europa. "China es un competidor muy fuerte y está saliendo fuera de su país", explica Sergio Alcaraz, presidente del Clúster de la Industria de Automoción de Catalunya (CIAC). Sin embargo, Alcaraz confía en que Europa "seguro que diseñará una estrategia industrial" para hacer frente a este embate.

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El presidente del CIAC, sin embargo, indica que una cosa es el asalto a Europa por parte de los fabricantes chinos a través de sus exportaciones y otra bien distinta es una posible implantación industrial de los productores del gigante asiático en el Viejo Continente. En este movimiento de la industria china, el presidente del CIAC ve una oportunidad para relocalizar la cadena de valor del sector por parte de Europa y está seguro de que "los agentes europeos tendrán capacidad de reacción".

Pese a este optimismo sobre la reacción industrial en Europa, también existen esperanzas puestas por parte de los fabricantes en su defensa de la mano de las autoridades comunitarias. El pasado septiembre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció una investigación contra los subsidios que China concede a sus vehículos eléctricos, bajo la sospecha de que los precios son “artificialmente bajos” por estas ayudas públicas y suponen pérdidas para las compañías europeas. "Los mercados globales están inundados con coches eléctricos chinos más baratos y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a los enormes subsidios estatales", explicó la alemana durante el discurso sobre el estado de la Unión en el Parlamento Europeo.

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Para la jefa del ejecutivo europeo, la industria de los vehículos eléctricos es "esencial" para avanzar hacia una economía "limpia" y tiene un "gran potencial" para Europa, pero las ayudas públicas del gigante asiático están "distorsionando el mercado" . “Nuestras compañías están demasiado excluidas de mercados extranjeros o son víctimas de prácticas depredadoras. A menudo son debilitadas por competidores que se benefician de grandes subsidios estatales”, argumentó Von der Leyen. La UE, puntualizó la política comunitaria, está "abierta a la competencia" pero no a "una carrera a la baja".

Competidor y socio

Las marcas europeas están realizando una gran inversión para la transición al coche eléctrico. A modo de ejemplo, Seat y Volkswagen, sólo en España, tienen planificada una inversión de unos 10.000 millones de euros, la mayor apuesta industrial jamás realizada en el Estado, tal y como le gusta decir al presidente de la marca de Martorell, Wayne Griffiths. Pero al mismo tiempo las marcas europeas –y algunas de Estados Unidos, como Tesla– no pueden obviar a China como cliente ni como socio comercial. La marca de Elon Musk tiene una planta de fabricación en Shanghái. BMW cuenta con más de 30.000 empleados en China y anunció hace unos meses que invertirá 1.400 millones de dólares en una planta de montaje de baterías en su fábrica de Shenyang. Volkswagen, que considera a China como su mayor mercado, tiene una parte importante de la fabricación y de la cadena de suministros. De hecho, en su complejo industrial de Anhui se fabricará el primer SUV 100% eléctrico de la marca catalana Cupra, el Tavascan.

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José López-Tafall, director general de la patronal de fabricantes Anfac, cree que los datos de 2023 del mercado español muestran que “el vehículo electrificado sigue avanzando” pero no al ritmo "necesario". “Cerramos el año con una cuota de mercado del 12%, sólo 2 puntos porcentuales más que el año anterior: esto es un resultado decepcionante”.