Ferrari resucita al Testarossa
Los de Maranello dejan a todo el mundo boquiabierto con el regreso del mito de los años ochenta del siglo pasado
El Testarossa es uno de los iconos de Ferrari del último tercio del siglo XX. Quien más quien menos ha crecido con este modelo italiano como referencia cultural de varias series, videojuegos o fotografías de revistas, y ahora, de forma inesperada y en un secretismo total, la marca italiana ha decidido recuperarlo para bautizar a su nuevo deportivo, que oficialmente se llamará 849 Testarossa.
El origen de la palabra Testarossa se remonta al modelo Ferrari 250 Testarossa que ganó el Campeonato del Mundo de Deportivos del año 1957, y que fue bautizado con este nombre por el color de su tapa del árbol de levas, totalmente pintado de color rojo. De hecho, la palabra Testarossa significa cabeza roja, en referencia al color de la tapa del motor de ese coche campeón, uno de los primeros deportivos campeones de la marca fundada por Enzo Ferrari, y quizás uno de los modelos de los que se sintió más orgulloso. Tanto es así que el propio fundador Enzo Ferrari propuso recuperar la palabra en 1984 para bautizar a su deportivo con motor V12 en posición central (por detrás del conductor y acompañante) que ofrecía 390 CV y aceleraba de 0 a 100 en 5,7 segundos y del que fabricó un total de 7.17.
849 Testarossa, reinterpretación moderna del mito
El nuevo 849 Testarossa es el modelo que debe sustituir al actual SF90 Stradale, y para ello los italianos han diseñado un coche elegante, deportivo y diferente, que evoca modelos clásicos de la marca de los años setenta y algunos detalles futuristas e inspirados en la aeronáutica, y unos interiores que combinan el diseño convencional de un deportivo una combinación de elementos digitales y mandos analógicos muy bien resuelta.
Mecánicamente conviene destacar que el nuevo 849 Testarossa utiliza un motor V8 biturbo de 850 CV asociado a un sistema híbrido enchufable compuesto por tres motores eléctricos (dos sobre las ruedas delanteras y uno sobre el eje trasero) que aportan al conjunto un total de 1.050 CV, lo que lo convierte en el Ferrari de Ferrari de Ferrari. De hecho, el nuevo 849 Testarossa será el Ferrari con mejor relación entre peso y potencia de la historia, con una relación de tan sólo 1,5 kg/CV.
Pero aunque sea un coche enchufable, no debemos perder de vista que el gran valor de los Ferrari es su motor de gasolina, y este V8 de cuatro litros de cubicaje es una joya con nuevos turbos y un sistema mejorado de culata, sistema de admisión y de escape, que le permite convertirse en más ligero y potente que nunca. El sistema eléctrico también es realmente espectacular, y según afirman desde Maranello, es heredero de los sistemas híbridos que utiliza la Scuderia Ferrari del campeonato de Fórmula 1.
Este Ferrari híbrido enchufable tiene una autonomía eléctrica de 25 kilómetros gracias a las baterías de 7,45 kWh de capacidad y estrena nuevos sistemas de recuperación de frenado y modos de conducción llamados eDrive, Hybrid, Performance y Race, en función del rendimiento exigido. El resultado promete ser espectacular gracias a una aceleración de 0 a 100 en tan sólo 2,3 segundos y una velocidad punta de 330 km/h, un sonido espectacular y un diseño de carrocería aerodinámico pensado para ofrecer una carga aerodinámica descendente de hasta 415 kilos, inspirada en los modelos de competición de la marca y que permiten los modelos de competición de la marca y que permiten el modelo de competición de la marca. El sistema de suspensión también ha sido evolucionado para reducir su peso y mejorar el rendimiento deportivo del coche, que utiliza neumáticos 265/35 en el eje delantero y 325/30 en el trasero.
Pero lo que todavía no sabemos es el precio del nuevo 849 Testarossa, aunque como todo el mundo puede imaginar, será elevadísimo. Seguro que superará los 450.000 euros que cuesta el actual SF90 Stradale, y se posicionará en torno al medio millón de euros. La otra incógnita es saber el precio previsto de la versión descapotable o Spider del nuevo 849 Testarossa, que en todo caso llegaría uno o dos años después del aterrizaje definitivo del modelo, previsto para mediados del 2026.