Acabar con la disidencia
Un órgano administrativo controlado y bloqueado por el PP ha decidido arruinar a una cuarentena de servidores públicos por la acción exterior de la Generalitat. La venganza de los organismos del Estado contra el soberanismo pretende acabar con la disidencia y atemorizar a los trabajadores públicos, provocando en la práctica un bloqueo de la administración por la amenaza y la arbitrariedad. La lista recoge, además de los líderes políticos, algunos de los mejores nombres del servicio público, personas que situaron la economía y la política catalana en el mundo y han dedicado algunos de sus mejores años a la administración, movidos por el sentido del deber y la rectitud, y avalados por sus electores. El Tribunal de Cuentas no solo considera delictivos actos que podrían ser propios del ejercicio de la libertad de expresión, sino que vulnera derechos en un procedimiento que da tres horas a los representantes legales para leer un informe de 504 páginas y diez minutos para presentar alegaciones. La democracia española es hoy más precaria que ayer y cada día tiene más difícil esconder sus carencias. En la lista hay muchos nombres competentes y rectos. Entre ellos, Andreu Mas-Colell, que dejó una cátedra en Harvard para establecer los fundamentos del sistema de investigación, ponerlo al mejor nivel internacional, crear una gran universidad pública y finalmente estabilizar una economía en quiebra. El franquismo lo metió en prisión y lo arruinará teóricamente una democracia.