Activados y divididos
BarcelonaMotivos había de sobras para la desmovilización. Aun así, una vez más, miles de personas han vuelto a salir a manifestarse por la independencia recordando que el conflicto puede estar latente pero en ningún caso está resuelto. A pesar de la decepción de muchos y la irritación con los que crearon expectativas que no cumplieron, a pesar de los errores y de la falta de una estrategia común de los partidos que comparten gobierno. A pesar de todo, miles de personas han salido a la calle convocadas por la ANC y Òmnium, que muy cordialmente han puesto en evidencia discursos antagónicos. Xavier Antich, con la legitimidad de sus 190.000 socios, ponía Òmnium en la posición de salida "de un nuevo ciclo para la resolución democrática del conflicto político" y advertía contra "los discursos populistas del antipolítica". Minutos después, Dolors Feliu ponía la ANC al frente de una exigencia clara: "Independencia o elecciones", y avanzaba la disposición de construir una lista cívica al margen de los partidos políticos.
El éxito de asistencia obliga a los partidos independentistas a reflexionar. Por un lado, sobre el repliegue de muchos soberanistas; por otro, sobre la capacidad de movilización y la impaciencia y frustración de otros muchos. Junts puede sumarse al éxito de la manifestación a pesar de estar fuera y dentro del Govern a la vez. ERC necesita que la mesa de negociación dé resultados, pero la historia nos dice que los gobiernos de Madrid siempre dejan sin oxígeno a los pragmáticos.