En Baleares: sí en la lengua

Convocada por la Obra Cultural Balear, este domingo 5 de mayo se celebra en Palma una Diada por la Lengua que debe ser una respuesta ciudadana fuerte a las políticas contra la lengua catalana del Govern Balear que preside Marga Prohens. Está previsto que el domingo llegue a Palma la llama del Correllengua, que durante los días anteriores habrá recorrido las poblaciones de Baleares, y tendrá lugar también una gran manifestación en la plaza Mayor, bajo el lema "Sí a la lengua".

Los primeros presupuestos del gobierno Prohens incluyen, para el primer trimestre del próximo curso escolar, una partida de veinte millones de euros destinados a poner en funcionamiento la segregación de los alumnos por lengua en la escuela pública. Es necesario remarcar que los grupos de la oposición se ofrecieron a Prohens para aprobarle los presupuestos a cambio de que retirara esta medida, pero el PP prefirió sacar adelante los presupuestos con los votos del grupo de Vox y, por tanto, asumiendo como propias las políticas de confrontación lingüística y fractura social del partido de extrema derecha.

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Sólo por este hecho (que el PP de Baleares ha intentado disfrazar, primero negando que hicieran segregación lingüística y después presentándolo como un plan piloto voluntario, pero remunerado para los centros que lo adopten) ya sería suficiente para salir al calle este domingo. Pero las agresiones contra el catalán (desde las instituciones, recordémoslo, de autogobierno) no han terminado aquí: por su gravedad, destacan la eliminación del requisito del catalán a los profesionales de la sanidad pública o la retirada del catalán catalán como lengua vehicular en ayuntamientos como los de Palma o Calvià, que quiere hacerse extensiva a toda la administración pública. Esto convierte a los ciudadanos de Baleares en ciudadanos de segunda, ya que la lengua propia, que es el catalán, es tratada y presentada como un estorbo, un obstáculo para atraer talento y facilitar la convivencia ciudadana y el funcionamiento de los servicios públicos, cuando debe ser justo lo contrario. De hecho, el gobierno Prohens ayuda a crear un clima propicio a las actitudes supremacistas (los inevitables habla en español, acompañados de actitudes chulescas e incluso agresivas) que se han vuelto habituales en Baleares. Hay que remarcar también que Prohens y su ejecutivo son personas suficientemente formadas para ser conscientes de las consecuencias que sus decisiones pueden tener no sólo para la lengua catalana, sino para la cohesión social de la ciudadanía. Y podemos constatar que no sólo les da igual, sino que sacan pecho. Aunque, en el fondo, no hacen más que seguir las órdenes que les llegan de la calle Génova de Madrid. Ni Prohens ni nadie de su equipo han sido capaces hasta ahora de exponer una sola idea propia, ni en política lingüística ni en otra materia.

El domingo saldremos a dejar clara una cuestión fundamental y previa: las agresiones contra el catalán son una forma de barbarie que no tiene cabida en la sociedad de Baleares de hoy. Después continuaremos con el resto de políticas regresivas de un gobierno entregado a la extrema derecha.