Cazadores de imágenes trágicas
El miércoles las diferentes cadenas de televisión se hacían eco de la noticia de la muerte del cantante Àlex Casademunt, integrante de la primera generación de concursantes de Operación Triunfo. Algunos informativos, como el de Telecinco, tenían la desafortunada idea de combinar en la noticia las letras de algunas canciones con el texto luctuoso de la información. Por ejemplo, mostraban unas imágenes de archivo de Casademunt anunciando que cantaría Corazón partío y la locución de Informativos Telecinco decía a continuación: “El corazón roto es el que deja al resto de triunfitos". Ingenio para edulcorar las necrológicas.
Pero esto solo es un detalle si paramos atención a otro hecho muy grave que se produjo a raíz de esta noticia. Según comunicaban algunos medios y se esparcía a través de las redes sociales, una persona que formaba parte del equipo de emergencias que atendió el accidente comunicó a un conocido la identidad de la persona accidentada y le mandó un vídeo de la escena, con ambulancias y personal sanitario que, de lejos, se ocupaban de la situación. No eran imágenes explícitas pero, en todo caso, fueron unas imágenes que sirvieron para hacer correr la noticia a través de las redes casi de manera instantánea, antes incluso de que la familia de Casademunt se pudiera enterar de lo ocurrido y vulnerando el derecho a la intimidad del accidentado. El escándalo y la alarma de algunos usuarios hicieron que inmediatamente el vídeo desapareciera de las redes sociales porque, obviamente, dejaba a cuerpo descubierto el incumplimiento del secreto profesional.
Pero lo más escandaloso es que algunas cadenas de televisión utilizaron esas imágenes para ilustrar la noticia. Las cuentas de las redes sociales que las difundieron desaparecieron inmediatamente, pero las escenas que difundieron perduraron en La Sexta, Antena 3 y Telecinco. Si bien alguien podría argumentar que se trata de un plano general que no muestra ningún detalle en particular, no se trata tanto del contenido de las imágenes como de la falta de ética de esta decisión.
Si las imágenes de accidentes que roban personas cercanas a una tragedia despiertan el interés de las televisiones a pesar de haber vulnerado la identidad de la víctima, los protocolos sanitarios y el derecho a la intimidad de la familia, el futuro informativo es catastrófico. Estos hechos nos remiten a la película Nightcrawler,de Dan Gilroy, en la que el protagonista se gana la vida grabando accidentes incluso antes de que lleguen los servicios médicos, interceptando la señal de las emisoras de radio a través de las que se comunican. Las imágenes las vende después a las televisiones. Sensacionalismo y crueldad periodística a cambio de escenas de impacto y dinero. Falta de ética a la hora de conseguir imágenes que, además, no aportan nada más que morbo y no tendrían que ser utilizadas por las televisiones. Si no, la deriva informativa de las cadenas privadas será aberrante. Porque no se trata solo de la intimidad de este cantante o de un famoso, sino potencialmente de la de todos nosotros.
Mònica Planas es periodista y crítica de televisión