ANTES DE AHORA

El continuismo, derrotado (1979)

Piezas históricas

Editorial de l’Avui
y Editorial de l’Avui

Editorial publicado por el diario Hoy (5-IV-1979) dirigido entonces por Jordi Maluquer i Bonet (Barcelona, ​​1935-2022). Hoy hace cuarenta y cinco años de las primeras elecciones municipales democráticas convocadas en España desde 1934. La victoria en la mayoría de los municipios importantes de Cataluña fue para los socialistas, seguidos de los comunistas y de los convergentes. Esa correlación de fuerzas propició un llamado pacto de progreso entre los tres partidos para el gobierno municipal. La abstención del electorado fue del cuarenta y seis por ciento.

El rasgo más destacado de estas elecciones municipales ha sido la voluntad de renovación detectada en todas partes. En un campo en el que predominaban ayuntamientos provenientes del régimen anterior o, si eran nuevos, todavía designados a dedo, el continuismo no ha tenido crédito y las fuerzas de progreso han sido las ganadoras en la mayoría de ayuntamientos. Creemos que el nacionalismo ha salido reforzado por los resultados obtenidos y, a pesar de que el electorado de cada municipio ha ido a resolver su caso, el rasgo común de que habrá una fuerte política municipal autónoma respecto a las decisiones del gobierno central de Madrid, es subrayado en Cataluña por el predominio de las fuerzas que no son las que gobiernan en todo el Estado. Hay que subrayar también que, como es natural, el alcalde del jefe y el casal será de la fuerza política mayoritaria en Cataluña si una alianza impensable no lo impide. En número de concejales, en votos, en número de ayuntamientos que pueden dominar -y encabezados por los socialistas-, las fuerzas de progreso (PSC, CiU y PSUC) han ganado en Catalunya. La fuerza en regresión ha sido CC-UCD. Cabe remarcar el triunfo de CiU en cantidad de ayuntamientos y en número de concejales, el hecho de que el PSUC probablemente tendrá alcaldes en ciudades industriales muy importantes, la presencia de ERC en muchos municipios -con dos sitios en el ayuntamiento de Barcelona- , la derrota de CD y la llegada a muchos ayuntamientos de grupos nacionalistas sin representación actual en el Parlament. Es de esperar de todos los elegidos eficiencia, ilusión y dedicación para superar los años de retraso. Y hay que alentar a las fuerzas democráticas para que acepten los resultados y busquen la concordia para hacer gobernables los ayuntamientos ahora elegidos. El país lo necesita. Hay que empezar ahora una etapa enardecedora, reconstruir el país desde su base, que es el municipio, recatalanizar la vida ciudadana desde la médula y hacer caso a las expectativas de trabajo en bien de todos, acentuando los aspectos sociales y comunitarios que los resultados ponen de manifiesto. Y este enardecimiento, que obliga a quienes nos administrarán a encontrar vías de solución a los graves problemas pendientes, comporta también que el ciudadano colabore, participe y se interese en las soluciones, apoye y sepa no perder la paciencia si, elegidos los caminos, los conflictos no se resuelven con la velocidad que desearía. Hay que suponer que quienes gobiernan el Estado deben haber comprendido la voluntad popular y que no deberán poner trabas al acento catalán y socializante que debe tener la vida ciudadana. Que el bien común por encima de los intereses particulares, que el respeto a la naturaleza y los patrimonios culturales del pueblo se impongan en nuestro país como norma progresiva y sin retroceso.