La culpa es de los 'boomers'

Lo leemos en el ARA (con las gafas de leer, que acabamos de perder y encontrar). El dossierDesafíos y políticas en la era de la longevidad, publicado este lunes por CaixaBank Research, nos hace saber que "para financiar las pensiones será necesario retrasar la edad de jubilación hasta los 68 años". La culpa es nuestra, al parecer, de los hijos del baby boom, que no sólo somos muchos por cobrar sino que, encima, cuando hemos tenido edad de procrear no hemos seguido el ejemplo de nuestros progenitores esforzados. Mis padres tuvieron seis. Yo, una. ¿Dónde vas a parar? En mi infancia y adolescencia, marcada por la serie Cono ocho basta (sobre la familia numerosa de un periodista viudo, padre de ocho hijos, que vivía en Sacramento y llegaba a fin de mes), a menudo se nos bromeaba, que todos nosotros captamos de mayores. "Tú eres un oginet", te decían. Quería decir que tus padres, pobres, a la sazón sin móvil, sin Netflix, sin calefacción, sin restaurantes japoneses baratos, debían hacerse pasar el aburrimiento y el frío en la cama haciendo el amor (a escondidas de los abuelos y de toda la caterva de hijos que ya tenían). A falta de preservativos famoso método del doctor Ogino, que se basaba en abstenerse los días próximos a la ovulación y hacer como los conejos el resto del mes. Era un método, por supuesto, que fallaba más que un paraguas comprado en el metro, y de ahí que los hijos del método que no fue bien fuéramos llamados oginetes.

Pueden culparnos a nosotros del problema, pueden llamarnos, despectivamente, boomeros (sería más lógico "hijos de boomer"). Yo estoy dispuesta a trabajar más años, sólo porque tengo nostalgia ajena de ese tiempo oscuro, seguro, pero tan luminoso, tal vez, de nuestros padres.