Deja el arancel y toca el cielo
Lo explicaba el periodista Albert Rigol en el ARA: finalmente, el vino europeo que se exporte a Estados Unidos será grabado con un 15% de aranceles, tras el acuerdo entre Bruselas y Washington.
Estados Unidos es un mercado importante para el sector del vino de nuestra casa. Hay bodegas que vienen la mayor parte de las botellas allí. Es un mercado —o era— estable y que suele apreciar los vinos y espumosos que les llegan de aquí. Los consumidores de ahí saben que son de los mejores del mundo.
Estos aranceles, que, al menos ahora, ya son una realidad estable, deben ser una oportunidad para los consumidores catalanes. No puede ser que los americanos conozcan y, por tanto, aprecien nuestros vinos más que nosotros. Los viñedos, que crecen en este lugar del mediterráneo desde hace siglos y siglos y siglos, forman parte de nuestra cultura, de la que llevamos más adentro. Cristo, un gran influencer, dio a comer, como ha quedado escrito en uno de los libros más importantes de todos los tiempos, el pan que era su cuerpo y el vino que era su sangre. Es un acto de una gran belleza simbólica, que nos demuestra, sobre todo, que el vino no era un "verdejito-fresquito", sino más bien un "Sangre de Toro".
Estas vacaciones que empiezan, nuevas de trinca, hoy mismo, deben servir para que todos nosotros disfrutemos, cada día, de un vino de nuestros territorios, tan diferentes. Del Bages, Tarragona, Costers, Montsant, Priorat, Cuenca, Cataluña, Penedès, Alella, Empordà, Terra Alta. Y en todo momento con cava, por favor. Haciendo este gesto placentero de brindar con vino nuestro nos hermanamos con Plinio, estamos participando de la cultura y encima aseamos el paisaje. Que no se nos beban todos ellos.