Elle MacPherson y su tratamiento
Seguro que entre ustedes, lectores, hay alguien que está en estos momentos haciendo el tratamiento contra el cáncer, o que tiene un ser querido que lo está haciendo o lo hizo. Debe haber leído en el AHORA, pues, eso de Elle MacPherson. La modelo llamada el Cuerpo acaba de publicar un libro de memorias donde explica que lleva siete años cáncer. Dice que “ha decidido renunciar a cualquier tratamiento de quimioterapia para seguir un tratamiento holístico, fuera de cualquier parámetro científico”.
Si lo que parece una maravillosa noticia no se publica con datos comprobables, lo que parece es una maravillosa casualidad o una maravillosa exageración. Si el tratamiento holístico de esta modelo ha funcionado, debe verse –y no hay otra manera de comprobarlo que con parámetros científicos– si funciona con todo el mundo. Y si funciona sólo con ella, ¿por qué? Si yo fuera ella (Elle), que estoy muy lejos de serlo, esparciría la buena nueva para que otros se beneficiaran. Publicaría radiografías, análisis y escáneres, antes y ahora. Si publicara todo esto se vería si, efectivamente, no exagero y es un cáncer. Se vería qué tipo de cáncer es y si se reduce, si se estabiliza. O si estoy, en estos momentos, en riesgo de muerte o si nunca he estado allí. La MacPherson debería publicar el tipo de tratamiento holístico que ha hecho, más que nada para alejar la sospecha de que se considera más espiritual que los demás y, por tanto, más digna del milagro. Si lo que ha hecho le ha ido bien (o eso le parece) y no lo comparte, quiere decir que es egocéntrica, irresponsable o, tal vez, sólo una iluminada. Que es y siempre será el Cuerpo, pero nunca será el Cerebro. Y que conste que yo no puedo decir nada, que no soy ni lo uno ni lo otro. Yo, en todo caso, sería el Hígado.