A la espera del proyecto definitivo para los Juegos de Invierno

BarcelonaEl Govern ha decidido aplazar este viernes la consulta sobre los Juegos de Invierno prevista para el 24 de julio hasta que se aclare cuál es el proyecto definitivo que el Comité Olímpico Español presentará al COI. Ciertamente, no tenía ninguna lógica preguntar a los ciudadanos sobre un proyecto que todavía no está definido, puesto que la negativa del Gobierno aragonés a avalar la propuesta que habían consensuado los técnicos de los dos ejecutivos ha abierto la puerta a introducir cambios. La consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, explicó ayer que, en consecuencia, no se tiene "toda la información sobre las disciplinas deportivas que se harán en el país". Y, si no se sabe qué ni donde se hará, no tiene sentido hacer la votación. Con toda probabilidad, la consulta en las comarcas del Pirineo se hará en otoño.

Resulta del todo incomprensible la actitud del presidente de Aragón, Javier Lambán, que en su intento para forzar una candidatura igualitaria con Catalunya puede provocar que al final los juegos se hagan básicamente en territorio catalán. Con su bloqueo ha conseguido hacer enfadar al COE e incluso al Gobierno español y al PSOE, que ve como, por los intereses electoralistas de uno de sus barones, es justamente la ciudadanía del Pirineo aragonés la que se puede ver perjudicada. ¿Y cuáles son estos intereses electorales? Pues básicamente el populismo anticatalanista que Lambán siempre ha practicado, que lo ha convertido en uno de los dirigentes socialistas más críticos con los pactos de Sánchez con los grupos soberanistas. En un año hay elecciones autonómicas en Aragón y Lambán teme perder su silla en favor de la derecha.

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La Generalitat, por su parte, tiene que rehuir las provocaciones del presidente aragonés y se tiene que centrar ahora en facilitar al máximo las cosas al COE para que haya un proyecto cuanto más beneficioso mejor para el territorio. Y una vez esté definido, asegurar que la consulta se celebra con plenas garantías, con igualdad de condiciones para partidarios y detractores, y con el máximo de transparencia informativa. La consulta es una apuesta arriesgada que no gusta al COE, pero también es la manera de legitimar unos Juegos que, como es natural, también despiertan reticencias en ciertos sectores de la población. Es, por lo tanto, una oportunidad para ponderar la acción de gobierno, claramente favorable a los Juegos, con la participación ciudadana, una vía que cada vez será más necesaria, sobre todo en decisiones que afectan partes concretas del territorio.

Catalunya, pues, tiene la oportunidad de hacer las cosas bien. De trabajar un proyecto, de explicarlo en la ciudadanía y, si es refrendado en las urnas, de presentar una candidatura ganadora al COI. Y, en cualquier caso, todo este proceso tiene que servir para poner al Pirineo y sus necesidades en el centro del debate. Porque, más allá de los Juegos, como país necesitamos un Pirineo vivo, con proyectos de futuro que acojan a la población en el territorio y permitan su desarrollo económico y social.