Estados Unidos contra el rey

Un amigo me envía una foto de la manifestación del sábado en la Plaça Sant Jaume, con un letrero donde dice "Ante la tiranía, resistencia". Una rápida aclaración por si creéis que os perdisteis algo: mi amigo es americano y salió a las calles de Barcelona al igual que hicieron miles de compatriotas suyos en Estados Unidos, para manifestarse contra Trump bajo el lema "No kings".

Al menos la mitad de los americanos están alarmados por la deriva autocrática de la actual presidencia. Por lo tanto, una manifestación contra Trump es una manifestación a favor de la democracia, con su reparto de poder entre ramas diferentes para evitar dictadores.

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Otra cosa es que la democracia estadounidense no funcione bien debido al dominio abrumador del big money y del complejo industrial militar, que ha convertido a los partidos en instrumentos de intereses particulares. Si la mitad del país ha acabado prefiriendo a Trump es porque el bipartidismo de siempre ha ido olvidando el bien común. Sin ir más lejos, es impresentable que una nación rica como la americana no haya dotado a sus ciudadanos de un sistema público de salud. Pero sin democracia no existe la dignidad última que es la de la libertad, y es reconfortante ver a miles de personas saliendo a la calle para defenderla.

Es interesante remarcar que en la cultura política americana rey y democracia son conceptos opuestos. Por mucho que en Europa se llegara al compromiso de la monarquía parlamentaria, cada vez es más raro que alguien sea jefe de estado solo porque es hijo del jefe de estado anterior. La pervivencia de la monarquía esconde un conjunto de intereses opacos y expresa miedo a una democracia real, infantilizada con lo del "no se os puede dejar solos".