Exhibirse sexualmente
Me miraba el programa First fechas, que es un programa de "citas" reales, como una agencia matrimonial en la que un espectador "pide" el tipo de pareja que busca y los presentadores le proponen alguien "afín". Al final los dos participantes deciden si tendrán "un segundo encuentro". En este programa que me miraba, una mujer le decía a su pareja propuesta que no quería con él una relación pero sí "quedar para echar un buen polvo". Él estaba de acuerdo y le enseñaba la lengua, que era una lengua descomunal, que se ve que servía muy bien (ella enseguida lo intuyó y verbalizó) para chupar varias zonas corporales. En el programa a menudo se dan besos con lengua o sorbos de oreja y bailes eróticos esforzados y tristísimos.
Esta ausencia de privacidad a la hora sexo, que en realidad es muy primitiva (un animal no se oculta, claro está, para el acto sexual), me parece que es propia de esos tiempos que vivimos No se piense que hablo como una vieja escandalizada. escandalizada, sí fascinada. Diría que hoy todos sufrimos cierta confusión, nos mostramos muy equívocos, en el terreno sexual. Pienso en el caso de Íñigo. Errejón, por ejemplo. El "no es no" que le dijo una de las denunciantes (él hizo caso) fue dentro de una habitación, donde había una cama Para mí, entrar en una habitación. dicho, claro, muchas palabras antes, algunas quizás tiernas) es un código, tiene un significado. Asistimos a denuncias por abuso sexual, que en privado consideramos poco morales, banales y poco fundamentadas. Y asistimos, a las discotecas ya los programas como éste, a perreos públicos y tocamientos también poco morales, banales y poco fundamentados. Pasamos de la exhibición al puritanismo, todos y todas, en cuestión de minutos. Ofrecemos y negamos, proponemos sin palabras y nos ofendemos si aceptan sin palabras. Porque las actitudes, que cuentan como las palabras, y las mismas palabras no valen nada, ya no significan nada.