Un visitante en el Mobile World Congress.
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Llama la atención que Barcelona siga tan bien posicionada como una de las principales ciudades más importantes de Europa, atrayendo inversión extranjera y talento para nuestros centros tecnológicos. Contamos en la capital catalana con más de dos mil startups, somos uno de los hubs más relevantes de Europa y ocupamos el quinto puesto dentro de la Unión Europea, detrás de París, Berlín, Estocolmo y Ámsterdam.

Es llamativo que, siendo Madrid más grande, con más habitantes, un PIB muy superior y dotada de la ventaja de la centralidad, esté por debajo de Barcelona (aunque ha subido recientemente muchos puestos y ocupa ya el séptimo lugar del ranking).

¿Cuál es el factor clave para ser de los primeros? ¿Por qué unas ciudades lo logran y otras no?

La respuesta tiene nubes y claros. La conectividad internacional es clave. Por eso, Madrid últimamente ha mejorado tanto. El aeropuerto de Barcelona ha perdido mucha fuerza en destinos intercontinentales. Sin embargo, conservamos el World Mobile Congress. Si lo perdemos, la caída de Barcelona en importancia tecnológica puede ser de órdago. Hemos estado a punto en más de una ocasión de que se fuera a otra ciudad. De momento, está firmado mantenerlo hasta 2030, así que de este riesgo estamos, de momento, asegurados.

El siguiente factor tiene que ver con lo que se llama ecosistema de innovación: centros de investigación, universidades, incubadoras, administración pública y aceleradoras están bien coordinadas. Queda mucho por mejorar, pero el sistema colaborativo existe y fluye.

El tercer motivo es la cultura de innovación. La creatividad mediterránea sigue siendo clave. Barcelona es tierra de creativos, de innovadores, de emprendedores.

Pero, como decía, también hay factores que no son necesariamente buenos. Uno, es el de los costes laborales. Seguimos siendo potentes a nivel startups y creación de empresas porque se pagan salarios bajos y costes operativos menores que en otras ciudades europeas. Y, finalmente, el atractivo de la ciudad de Barcelona. Somos un destino atractivo porque la ciudad es menos macro urbe que Madrid, París o Londres. Pero el talento extranjero desplaza al local, tanto en oportunidades como en ocupación inmobiliaria. Hay un efecto desplazamiento que lo sufren quienes hicieron posible la Barcelona actual.

Sea como sea, el factor ciudad sigue siendo clave. Ya se dijo hace tiempo, de la Europa de las regiones a la Europa de las ciudades.

Fernando Trias de Bes es escritor y economista
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