La factura de un “dinarot” que costó muy caro
Cogido desesperadamente en el manual del superviviente político, el presidente Mazón ha entrado en la fase del contragolpe. Que no estaba en la reunión del Cecopio porque es un órgano del que no forma parte. O sea, que está bajando la riada del siglo y el presidente no está. Están muriendo valencianos en su casa, en residencias o garajes, pero el presidente se ve que no tiene que hacer nada en el Cecopio. Entendidos, presidente, ahora ya está claro. Según usted, la responsabilidad de las 219 muertes será de los técnicos que sí estaban reunidos. Y si el día que baja todo usted no tenía que estar, ¿por qué ha ido tantas veces después, con el chaleco, como si estuviera dirigiendo algo?
Como prueba de que estaba al caso, Mazón dice que a las 18.28 h llamó al alcalde de Cullera. Siento que Xavi Bundó, de RAC1, llama al alcalde Cullera, Jordi Mayor. El alcalde confirma la llamada pero dice que el tono de Mazón era "jugoso", "decompadreo", “propio de alguien que sale de un almuerzo”. Y explica que Mazón le preguntó “¿Qué tal?”, que fue el alcalde quien informó al presidente y no al revés y que Mazón resolvió la conversación con un "Cualquier cosa, me llamas", dándole a entender que no tenía que pasar nada. Tanto es así, que el alcalde, tranquilizado por la conversación, lo traslada a los demás concejales.
La sociedad valenciana ha pagado muy cara la factura del dinarot de su presidente, que ahora planta cara porque quiere hacernos creer que no es un cadáver político. Es la última carta que le queda, a ver si todavía embauca a algunopeperorecalcitrando en las próximas elecciones, sin embargo, si su gestión de la DANA ha sido una infamia, todavía sería más infame que los valencianos pudieran volver a votarle nunca más en la vida.