El gesto de Junqueras con los indultos
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente español, Pedro Sánchez, se encontraron ayer frente a frente por primera vez desde la investidura del primero, en un acto organizado por la patronal Foment del Treball. Los dos escenificaron el deshielo que se está produciendo entre los ejecutivos con un saludo y dos discursos en los que, sin que nadie renunciara a sus posicionamientos, se hicieron constantes apelaciones al diálogo y a la necesidad de abrir una nueva etapa de relaciones. Después de la llamada del viernes y el encuentro de este lunes, el siguiente paso será una reunión presencial en la Moncloa durante el mes de junio. Después ya será el turno de la primera reunión oficial de la mesa de diálogo, que podría ser ya después del verano.
Todos estos pasos son el contexto de una decisión de un gran alcance político que se dispone a tomar el gobierno español, que es aprobar un indulto parcial para los nueve presos políticos que les permita no tener que pisar más la prisión. Se trata de un gesto político que se interpreta como el paso previo necesario para comenzar la negociación, y que este lunes ha recibido el aval, justamente desde la prisión, del presidente de ERC, Oriol Junqueras, en un artículo en el ARA. En efecto, Junqueras afirma que "hay gestos que pueden aligerar el conflicto, paliar el dolor de la represión y el sufrimiento de la sociedad catalana, y cualquier gesto en la línea de la desjudicialización del conflicto ayuda a poder recorrer este camino".
Este aval de Junqueras a los indultos es un gesto importante para el gobierno español, que necesita, para poder dar el paso, saber que será bien recibido por los presos, que hasta ahora se habían mostrado displicentes, o directamente contrarios, a la medida de gracia. En todo caso, después de más de tres años y medio en prisión, se impone la idea de que no se puede empezar ningún diálogo serio con gente privada de libertad. Lo sabe también el gobierno español, que ve cómo su imagen se desgasta más a nivel internacional cada día que pasa con los líderes independentistas encarcelados.
En todo caso, Junqueras va más allá en su artículo y avisa, sin decirlo explícitamente pero en una referencia clara a la vía unilateral: "Otras vías no son viables ni deseables en la medida que, de hecho, nos alejan del objetivo que hay que lograr". En otras palabras, el líder de ERC afirma que la vía unilateral es contraproducente porque aleja el objetivo de la independencia. Es, posiblemente, la enmienda más explícita que ha hecho nunca Junqueras a la estrategia que se siguió en los meses de septiembre y octubre de 2017. Es, por lo tanto, un paso valiente y no exento de riesgos que completa extendiendo la mano "a todos aquellos que se hayan podido sentir excluidos" por la manera en la que se condujo la estrategia independentista en aquel momento.
Esta autocrítica es coherente con la reflexión que ha hecho ERC los últimos años, y es una lástima que no haya habido una parecida en el otro bando, entre los responsables de la represión. Aun así, los indultos son un primer paso en la buena dirección por parte de Sánchez. Y tendría que ser el primero de muchos.