La (in)capacidad de vivir juntos

Amin Maalouf, recientemente galardonado con el Premi Internacional Catalunya, afirma que el arte nunca es superfluo, sino esencial. Por eso hay que acercarse. Estos días, en la Sala Gran del TNC, se puede ver la representación artística deAnna Karenina de Lev Tolstoi. En esta escenificación, la primera frase del libro, que es brillante como toda la obra, resuena en inglés a través de la voz de una actriz belga de origen ruandés: "Todas las familias felices se parecen. Cada familia desdichada lo es a su modo". Esta hibridación cultural conecta con el telón de fondo de la obra de Maalouf, que pone énfasis en la diversidad y en la necesidad de conocimiento de las demás culturas.

El escritor franco-libanés señala que el problema actual es que, en el escenario de la familia humana, cada vez hay menos felicidad y más desdicha. O lo que es lo mismo, menos humanidad y más drama. La causa de ese malestar crónico es profundamente inquietante. Maalouf, una voz sólida y clarividente, le atribuye a la incapacidad de vivir juntos, a la falta de solidaridad y al crecimiento imparable del egoísmo. Y lamenta que, pese a disponer de los recursos para vivir una era de libertad y progreso, la humanidad se dirija inexorablemente hacia el naufragio.

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En todo el mundo, la unión entre los seres humanos se va agrietando. Las guerras, con la sombra amenazadora del armamento nuclear, ya no sólo ponen en peligro la paz, sino la existencia planetaria. La debilidad de la democracia contrasta con la expansión del autoritarismo y los movimientos excluyentes de extrema derecha. Mientras, la avaricia, desbocada y casi enfermiza, empobrece tanto a aquellos que no tienen nada como a los que poseen demasiado. La idea de fraternidad universal de la Revolución Francesa y los Derechos Humanos se ha volatilizado en este panorama de confrontación, intolerancia y desigualdad. Ante este escenario, el mensaje humanista de Maalouf resuena como un grito de alerta y esperanza.

La incapacidad de los seres humanos para vivir en armonía es una paradoja que impulsa al autor deEl laberinto de los extraviados y El naufragio de las civilizaciones a utilizar el arte de la escritura como herramienta para vencer la desconfianza hacia el Otro y construir puentes de unión, respeto y reconciliación. Antonio Lozano define a Maalouf como "la voz que nos recuerda que todos somos árboles de raíces múltiples y repositorios de identidades variables". Entre raíces, bajo tierra, reposa el autor deAnna Karenina, queescogió ser enterrado en el bosque de Yasnaia Poliana, en el mismo lugar donde, según una narración de su hermano Nikolai, había enterrado un palito verde que contenía el gran secreto capaz de hacer buena y feliz a toda la humanidad.

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Para Tolstoi, el arte era una fórmula de perfeccionamiento humano, una vía para elevar el espíritu. Maalouf considera que el arte es el instrumento que permite el diálogo más allá de creencias e identidades. Acercarse al arte y la cultura es esencial para rehacer la capacidad de vivir juntos y hacer que la familia humana sea más feliz y menos desdichada.