Madrid: ¿una versión positiva de 'Blade Runner'?

Cada entrevista a Fernando Caballero sobre su libro 'Madrid DF' es una exposición descarnada de la ideología de las élites de la capital española, ideología hegemónica en la ciudad y permeada a todo el españolismo a través de la centralidad que la propia capital tiene en el estado. En la entrevista publicada en ARA, F.C. dice que el proyecto de 'Madrid DF' es convertir la capital en la versión positiva de 'Blade Runner', es decir, una mega-urbe construida sobre la esperanza de los periféricos de encontrar allí una vía de escape a su destino de ser usados como ganado humano global. F.C. está tan alienado con su proyecto que ni se da cuenta que lo que nos quiere vender es precisamente la ciudad de Los Ángeles en 'Blade Runner', una megalópolis miserable donde toda vía de escape está trampeada y el triunfo personal es pura simulación.

Si la intención de F.C. es convencer a aquellos más resistentes a colaborar con el proyecto, lo que nos cuenta es para salir corriendo, y así entiendo que la publicidad que se le está dando en los medios catalanes quiere explicitar el despropósito para -una vez más- iniciar un debate sobre el centralismo del estado español y la necesidad de refomarlo. Pero creo que esa reforma es de hecho imposible, pues los fundamentos ideológicos del españolismo y del centralismo son comunes y axiomáticos y se resuelven en la plena identidad madrileña del estado español. La capitalidad de Madrid es el 'derecho histórico' del que derivan todos los privilegios de la ciudad con cargo a los 'territorios del Estado', como ahora parece denominarse las viejas comunidades autónomas fuera de Madrid DF. Esta centralidad jamás será cuestionada en Madrid, y las argumentaciones ideológicas en su defensa admiten cuaquier contradicción, invención histórica o absurdo discursivo. Así, enfrentado a la posibilidad de crear esa gran metrópoli global peninsular en el eje mediterráneo, F.C. respondió que el franquismo construyó la primera autopista en el Mediterráneo porque entonces España era dirigida 'como una empresa', pero que el Estado tenía la obligación de equilibrar, lo que para F.C. significa devolver la centralidad a Madrid. El permanente boicot del estado español al 'Eixo' ferroviario atlántico entre Lisboa y Vigo-Coruña a través del cual sucesivos gobiernos portugueses quieren estructurar su conexión con Europa, porque 'Madrid debe ir primero', obedecería por tanto a la misma ideología 'equilibradora'. En definitiva, todos los equilibrios del españolismo encuentran su nodo en la capital.

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La asociación de franquismo y gobierno empresarial es también muy expresiva de como se gestaron la burguesía madrileña y su ideología españolista. Ciertamente, el proyecto de Madrid DF tiene mucho de economía cuartelaria, una economía en la que la centralización de la soberanía funciona como principio normativo/extractivo que asegura el dominio del mercado a través del tamaño de las empresas, los campeones nacionales creados en torno al cambio de siglo. Como sea, este es el gran argumento de Madrid DF, el único de hecho. Lo que Madrid DF ofrece frente a los desafíos de la globalización es una economía de concentración, de pura acumulación. En mi opinión, esta elección es una vía segura al desastre.

La concentración económica es a menudo imaginada como fetiche. En lugar de entenderse consecuencia de la prosperidad, el estado fuerza una concentración en Madrid que resulta en un crecimiento artificioso y localizado, mientras los territorios expropiados son arrasados. En todo caso, esta confianza en el tamaño evidencia el desnorte de las élites madrileñas sobre lo que significa la globalización. En Ginebra, con apenas 200.000 habitantes, se deciden los estándares ISO y tienen sede la OMS, la OIT o los Scouts, entre muchas otras organizaciones globales. El mercado de valores de Zúrich, de 400.000 habitantes, que tampoco es capital federal, dobla al IBEX en capitalización. Por unos días al año la pequeña población de Davos es centro del capitalismo occidental gracias al WEF, que tiene sede en Cologny, de 5.000 habitantes.

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En una cuestión fundamental sí apunta correctamente F.C. La soberanía española está siendo transferida a la UE mientras España se disuelve en Europa. El proceso amenaza dejar fuera de juego aparte de las élites madrileñas, que necesitan crear nuevas formas de asegurar sus rentas. Esta es la razón de fondo del proyecto Madrid DF y es ahí donde deberíamos dirigir el debate si no queremos que nos subasten como ganado.