Mientras Teresa Ribera se preparaba para comparecer en el Congreso, Carlos Mazón nombraba a un segundo militar para liderar las labores de reconstrucción del País Valenciano tras la DANA. ha dado un salto cualitativo en su habitual táctica de expulsar tinta para ensuciar el debate público y desviar la atención de aquello que no les conviene. Cogidos en un atolladero por la escandalosa incompetencia del gobierno valenciano, esta vez han disparado por elevación y han logrado empantanegar la Unión Europea entera, no permitiendo que se constituya el nuevo colegio de comisarios europeos al obstruir el nombramiento de Ribera (un nombramiento al que unos patriotas como ellos supuestamente deberían apoyar con entusiasmo).
Mientras, Mazón exhibe la sangre fría que caracteriza a los sinvergüenzas. Sigue dando versiones contradictorias sobre su desaparición durante las horas decisivas del día del desastre, y haciendo gala, impertérrito, de un cinismo que impresiona. Tras anunciar que, si acaso, ya renunciaría a presentarse a la reelección, como forma de asumir sus responsabilidades, nos hizo saber que pondría al frente de los trabajos de recuperación “personas preparadas y que saben lo que hacen ”. Y a fe que así es: dos de los cuatro primeros lotes del contrato por limpieza de viales y accesos de polígonos industriales han acudido a las empresas STV Gestió SL y Pavasal, por valor de 290.000 euros cada uno: la primera es la empresa en la que trabajó durante 5 años el jefe de gabinete del propio Mazón, José Manuel Cuenca, mientras que la segunda dio 240.000 euros a la campaña electoral del PP valenciano de 2007, según consta en la sentencia del caso Taula, uno del montón de escándalos de corrupción que este partido acumuló durante sus años de hegemonía política en la Comunidad Valenciana. No termina aquí: Mazón también ha adjudicado a dedo 4,2 millones de euros al empresario Francisco Javier Martínez (Alicante CHM Obras e Infraestructuras SA), condenado a un año y nueve meses de cárcel por su implicación en la trama Gürtel . Aún así, otros 3,9 millones han sido otorgados, también a dedo, a la empresa Becsa SA, que también ha aportado dinero a la famosa caja B del PP.
Por último, en su afán por rodearse de los mejores, Mazón ha puesto a dos militares cargados de medallas (el teniente general Francisco José Gan Pampols y el general de brigada Venancio Aguado de Diego: como decía Lorenzo Villalonga sobre Carlos de Mier, cuál tentación de apellidos) al frente de la nueva vicepresidencia para la Recuperación Económica y Social del País Valenciano. Lo han leído bien: económica y social. Dos militares. Desde el PP de Madrid valoran estos nombramientos como "un mensaje potente". Aunque lo digan: ante una situación que requiere una respuesta amplia y bien coordinada de todos los sectores sociales, Mazón opta por militarizarla, con el debilitamiento que ello conlleva para las instituciones democráticas. Potente sí lo es. Patético también.
