Un Mundial con Portugal y Marruecos

Desde que el mundo se ha globalizado, la necesidad de tender puentes entre países, culturas y religiones es cada vez mayor y más necesaria desde un punto de vista cultural, social y, sobre todo, económico.

En este sentido, el fútbol desempeña una de las funciones más importantes en esta pacificación. Expertos en analizar el fenómeno del futbol desde el punto de vista social, y con experiencia global, me han referido cómo muchas de las motivaciones psicológicas bélicas se consuman alrededor de las competiciones internacionales de fútbol. Se sublima por medio de una batalla deportiva lo que antes se hacía a través de las armas. Se sabe que, si los países no pudieran enfrentarse futbolísticamente, buscarían otro tipo de confrontaciones armadas.

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El Mundial del 2030 se celebrará en tres países simultáneamente (España, Portugal y Marruecos), además de algunos partidos inaugurales en Latinoamérica. Y es importante que, además de su función antibélica, logremos que nos haga prosperar económicamente. El secreto de ganar dinero con un Mundial es muy simple. Se trata de invertir lo mínimo para que sea rentable. Qatar perdió hasta la camisa invirtiendo 200.000 millones de euros, pues no disponía de suficientes estadios ni infraestructuras. España prevé invertir 1.500 millones porque tanto en comunicaciones como transportes, estadios e instalaciones estamos ya servidos.

Por otro lado, cooperar en la organización desde las instituciones con los países vecinos actúa como un inspirador y motivador para empresas y organizaciones. El ser humano es gregario y tiende a la imitación. Si España y Portugal se coordinan bien en un Mundial, piensa un empresario, mi empresa y otra portuguesa también lo harán. O una marroquí. Así funciona muchas veces la realidad. Por mimetismo. Las personas se animan y los inversores también.

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Se calcula que el Mundial, bien organizado y planteado, dejará unos 4.000 millones de euros de beneficios y creará más de 80.000 puestos de trabajo. Está muy bien, pero a mí me parece todavía más importante que sirva para que Portugal y Marruecos abran sus puertas, todavía más, a la colaboración e iniciativas empresariales.