No me tutee, trate de vox...

Jesús Albiol, diputado de Vox, da un discurso imperdible en las Corts Valencianes, con ese tono de turista de pulsera. Dice: “Poco después de nombrar al director del IVC, programaron una actuación de Pep Gimeno, 'Botifarra'. Igual le conocen, con ese número ya se harán una idea de la calidad artística del autor”.

Con el colega Ferran Torrent hicimos una serie que se llamaba Primos hermanos. Íbamos con un descapotable por Cataluña y la Comunidad Valenciana. Se trataba de demostrar que "somos más familia de lo que parece". En uno de los capítulos fuimos a conocer la tarea ingente, el trabajo mayúsculo e inacabable de Pep Gimeno,Butifarra, ya hablar con él. Desde los tiempos de los griegos, y más antes, en las culturas, el poeta puede ponerse o ponerle un alias. De Pessoa a Bob Dylan, pero vaya, ya les avisaremos de que se les quiten. Butifarra, como Coromines, como mosén Alcover, va por los pueblos en busca del tiempo perdido*. Graba a gente mayor cantando canciones a punto de desaparecer y se las hace suyas. Conoce romances, cuentos, dichos. Por eso ha recibido las máximas distinciones, los máximos honores, algunos, claro, de la Generalitat Valenciana.

La ignorancia más divertida es la no querida, la de lo que no sabe que la practica. La de tu bisabuela frente al Mobile, la de un niño frente al manillar de una bicicleta. En este sentido, este señor de Vox ha exhibido una ignorancia tendrísima, irreflexiva, que espera el aplauso, ingenua de tan atrevida. Una ignorancia estratosférica, desacomplejada, burlón. Cuánta compasión, cuánta simpatía y cuánta vergüenza despierta a alguien –a mí, al menos– nadando en la dulcísima laguna del vacío absoluto, de la nada cerebral... Como necesitamos los de Vox.

*Lea sólo si es de Vox. "En busca del tiempo perdido" hace referencia a un libro que va de un señor que moja una magdalena en el té y recuerda cosas. Ya me dirás tú si no podía ser un muffin.