Pegasus: ¿Gobierno o Estado?
A ningún líder político o social del independentismo catalán o vasco o de Podemos le puede sorprender que le espíen. Pero una cosa es eso y otra que The New Yorker presente pruebas de que se ha instalado un sofisticado material informático de espionaje israelí al que solo pueden acceder los estados, en más de 60 teléfonos. Una cosa es que sospeches que escuchan tus conversaciones y otra que aparezcan pruebas y que el gobierno acabe reconociendo que el Centro Nacional de Inteligencia seguramente esté detrás de un espionaje a todas luces ilegal.
La imagen de la democracia española está destruida por un Estado profundo capaz de conspirar y actuar contra los que considera rojos separatistas, capaz de actuar contra ministros del gobierno (ojo, no solo contra los de Podemos) al tiempo que tiene a Margarita Robles como su máxima representante en el propio Consejo de Ministros.
Robles, exportavoz de Pedro Sánchez en el Congreso fue nombrada ministra por el presidente para ocuparse de los asuntos militares y de los servicios secretos. El pasado lunes dijo “No sé que es eso del espionaje”. El lunes Robles no sabía. El miércoles, en cambio, parece que sí sabía. En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, preguntada por la diputada de la CUP Mireia Vehí a propósito de si el CNI había espiado a dirigentes políticos, Robles respondió: “¿Qué tiene que hacer un estado o un gobierno cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, cuando alguien corta las vías públicas?”. Vaya. Robles reconocía que efectivamente ocurrió, lo legitimaba y confundía, además, Estado y Gobierno. Ello no puede ser inocente viniendo de la jueza más brillante de su promoción ¿Espiaba el Estado o espiaba el Gobierno? La ministra de justicia Pilar Llop, también una jurista brillante, aplaudía. Esperemos que solo fuera un acto reflejo de cortesía.
El País publicó el lunes que el CNI usó Pegasus para espiar a dirigentes políticos, pero que el espionaje se llevó a cabo con autorización judicial y que no se espió a tanta gente como dice The New Yorker. ¿Quién pudo dar esta información a El País? Pues una de tres; o Moncloa, o Defensa o el propio CNI ¿Filtró el Gobierno o filtró el Estado?
El martes el digital de Pedro J. Publicó que el Tribunal Supremo no había autorizado ningún espionaje con Pegasus. ¿Quién le filtró esto a El Español? Una de una: el propio Tribunal Supremo ¿Quién más podría filtrar una información así? El Supremo es… el Estado.
El pasado fin de semana Felix Bolaños tomó el AVE en Atocha camino de Catalunya. Bolaños es el hombre de las negociaciones importantes para Sánchez. Además, Bolaños no es un mentiroso; Félix cumple siempre la palabra que da en nombre del presidente, se lo digo por experiencia. Bolaños fue a Catalunya con regalos baratos pero ciertos, y en ERC recordaron a Virgilio: Hay que desconfiar de los griegos incluso cuando llegan con regalos. Y más si los regalos son poca cosa. Bolaños es… el Gobierno.
Ayer el equipo de Robles recurrió a El Mundo, el gran tabloide de las filtraciones de estado, y les pidieron poner que en el Gobierno, cito literal, “parece que se están poniendo de perfil con Margarita Robles”. Está visto que al entorno de la ministra el viaje del griego Bolaños a Troya no les hizo ni puñetera gracia. El Mundo y Robles son ¿Estado?
Hoy, alguien (una de una) filtra a El Confidencial que el gobierno de Pedro Sánchez, cuando aún gobernaba en solitario, autorizó al CNI la intervención con Pegasus de 18 líderes del Tsunami Democràtic. Entonces a estos 18 les espió el Gobierno, según las fuentes, con autorización judicial. ¿Al resto les espió el Estado sin autorización?
Hablé el otro día en La Base de la diosa Artemisa que, portadora de arco y flechas, representa la caza. La derecha mediática tiene consigna de señalar a la amazona Belarra como la arquera que clava su mirada azul en el cervatillo Robles para que sus flechas moradas atraviesen el corazón inocente de la asediada y solitaria Margarita Robles. Hoy El Mundo titulaba su editorial “La soledad de la ministra Robles” y ayer en sus páginas se podía leer: “El entorno de la ministra señala a Podemos por usar las presuntas escuchas al independentismo para tratar de echarla del gobierno. La han convertido en caza mayor, una pieza anhelada durante toda la legislatura. Así lo ven desde el entorno de la ministra de defensa”
Pero la amazona Belarra solo representa la izquierda del gobierno y no tiene flechas de plata que puedan atravesar el corazón de los hombres-lobo del Estado. Tampoco el oso Junqueras tiene dientes suficientes para devorar un roble. Mientras la derecha mediática señala a la izquierda, el más frío practicante del gobierno prepara en Moncloa su inyección letal… ¿Se atreverá el Gobierno a ponerle la inyección al Estado?