¿Cómo hacemos posible el derecho a la vivienda?
La promesa de Salvador Isla de haber construido 50.000 viviendas en Cataluña en 2030, junto con la recuperación del Pla de Barris del tripartito, genera expectativas y preguntas. Obviamente, tendrá que revalidarse como presidente un mandato más para conseguirlo. Las políticas de vivienda no se improvisan y requieren al menos una década.
¿Cuáles serán los operadores? En estos momentos, la vanguardia de la innovación en vivienda pública está en el Impsol, el operador en el Área Metropolitana de Barcelona. En 2016, actualizó las condiciones de los concursos de arquitectura para promover espacios versátiles, flexibilidad funcional, igualdad de género, desjerarquización y sostenibilidad en la arquitectura doméstica. Sin embargo, estas viviendas de gran calidad se sitúan, generalmente, en contextos de un urbanismo deficitario y mal planificado, sin mezcla de usos: edificios aislados en solares cedidos por los municipios donde muchas veces todavía no hay barrio.
En cuanto a la calidad y la innovación, el Impsol ha tomado el relevo del Imhab, que también en 2016 se modernizó y sustituyó al patriarcal y patronal nombre de Patronato Municipal de Vivienda por el de Instituto Municipal de Vivienda y Rehabilitación de Barcelona. Ahora, sin embargo, en el período Collboni sólo se están terminando las casi 8.000 viviendas iniciadas en los dos mandatos de Ada Colau. Y, además, en las nuevas condiciones para los concursos se pone de manifiesto la renuncia a la innovación exigiendo currículos de grandes empresas, lo que excluye a la mayor parte de los arquitectos catalanes. Se hará más difícil dar oportunidades a equipos como Cierto Estudio, las autoras del master plan y de una cuarta parte de las celebradas viviendas de la Isla Glòries, según el concurso internacional del 2017.
En un ámbito de gestión intermedia se sitúa Vivienda Metrópolis Barcelona (HMB), la "housing association" pionera en España, el operador metropolitano de alquileres asequibles, promovido por el Ayuntamiento de Barcelona (25%), cuando estaba gobernado por los Comunes, y por el Área Metropolitana (25%), a medias con dos empresas privadas, la promotora Neinor Homes (25%) y la gestora de viviendas de alquiler2. promociones, cuatro de ellas en Barcelona, que sumarán 627 viviendas. Y la segunda también serán ocho promociones y 700 viviendas. el Imhab de la última generación: es decir: flexibilidad funcional, ahorro energético y materiales sanos; predominio de la luz natural; desjerarquización;buenas vistas y sol;espacios intermedios climáticos y sociales.
Desde la política y la economía siempre se habla de cantidades, inversiones, rentas y metros cuadrados, pero nunca de las cualidades que deben tener estas viviendas contemporáneas para que personas diversas puedan sacar adelante sus proyectos de vida activa y desarrollar sus sentidos, experiencias y relaciones.
Y el resto de viviendas en Cataluña tendrá que coordinar el Incasòl, de acuerdo con cada municipio y su reserva pública de solares. Pero, ¿podrá hacerlo un operador que durante décadas se ha demostrado incapaz de promover la vivienda pública necesaria? ¿No habría que reestructurarlo del todo, actualizarlo para los nuevos objetivos e implementarlo si se quiere llegar realmente a tantas viviendas por todo el territorio catalán? La ausencia de obra pública de la Generalitat se pone de manifiesto estos días, entre otros casos, en los actuales premios de arquitectura de la provincia de Girona, sin ninguna vivienda pública.
Para que se siga una política ya señalada en la ley del derecho a la vivienda del 2007 y que, además, estas viviendas sean realmente para las personas y unidades de convivencia que más lo necesitan, es necesario que se reestructure el Incasòl y que cada casa tenga las cualidades y valores arquitectónicos citados.