

Habiendo fallado el plan A, consistente en ganar una votación muy importante en el Congreso y entonces presumir de fortaleza parlamentaria, el PSOE ha pasado al plan B, consistente en no tener aumento de pensiones, pero tener relato: PP y Junts han votado en contra de la subida de las pensiones. Da igual que el gobierno español planteara la votación en el marco de un decreto ómnibus donde se votaban otras medidas, el caso es que el PP ha quedado señalado. Junts, también, pero los socialistas españoles lo dicen con menos énfasis (ya se encargan de recordarlo el PSC y Esquerra, cada uno por la parte que les toca) porque el PSOE y Junts siguen sentados en el sillón del dentista a ver quién se cansa antes, aunque cada día que pasa se hacen más daño el uno al otro, en un espectáculo político cada vez más desagradable.
Al parecer, el gobierno de Sánchez no aprobará de momento otro decreto de pensiones, para que así PP y Junts sientan la presión de los pensionistas lógicamente cabrados. Entendido, entonces: dentro del daño que le hizo perder la votación del miércoles en el Congreso, porque hizo visible su debilidad parlamentaria, el PSOE tiene un relato. Pero, y el aumento de las pensiones, ¿dónde lo tiene? ¿Dónde lo tenemos? ¿Lo acabarán arreglando para que los pensionistas no acaben perdiendo dinero, pero antes dejarán que haga chup-chup el malestar social porque desgasta a la oposición? Tanto hablar de líneas rojas... pues la dignidad de la gente es una de ellas. Tanto hablar de normalización y aquí lo único que se ha convertido en normal es gobernar sin poder aprobar unos presupuestos.