Puigdemont y las elecciones gallegas

El viernes termina la campaña electoral de las elecciones gallegas, ¿y de qué se ha hablado? De Cataluña. Del independentismo. De Puigdemont. España vive en un bucle perpetuo: hable de lo que hable, siempre acaba hablando de Catalunya.

Comparto el cansancio cósmico de muchos españoles que están hasta la cima de tener que desayunar, comer y cenar cada día con Catalunya y el catalán. Pero no es en Catalunya que deben pedir cuentas sino a su diputado provincial más cercano, que si tiene un mínimo de honestidad intelectual les explicará que el anticatalanismo da votos y que Catalunya es la tapadera perfecta para no haberlo hecho se debe ocupar de los problemas que tiene la sociedad española.

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En esta campaña, sin embargo, hemos asistido a una curiosa variante. ElfugadoPuigdemont y su "Todo se sabrá" ha sido convertido por los socialistas en argumento de autoridad para evitar la mayoría absoluta de los populares. Eso sí, esta táctica socialista ha contado con la inestimable colaboración del propio PP, porque ha planteado las elecciones gallegas como un nuevo combate Sánchez-Feijóo y, sobre todo, porque Feijóo ha tenido la brillante idea de decir que él, los indultos, también los vería. Y que estuvo 24 horas valorando a la amnistía. Mira que, en los últimos años, el independentismo en general ha dado argumentos cargados de razones, pero resulta que lo único que ha triunfado en Madrid es lo que le ha convenido al PSOE. Hasta el punto de que si el domingo hay un cambio de gobierno en Galicia habrá que tener en cuenta lacarta Puigdemont.

Los problemas de los gallegos son lo de menos, porque lo importante es la Moncloa. Y lo mismo ocurre con Catalunya, presentada siempre como un problema (lo que es alucinante, tratándose de la generadora del 20% del PIB y el 25% de las exportaciones, doblando las de Madrid). Pero claro, si Catalunya da votos y crea riqueza, ¿por qué deberían ocuparse de atender las demandas de la mayoría de catalanes?