Regalos para cada día
No todo el mundo sabe que no hace falta esperar todo un año para que vuelva a ser seis de enero. Los Reyes son magos no sólo porque han venido esta noche cargados de paquetes mientras dormíamos, sino porque pueden venir todas las noches a traernos regalos. Cualquier día y hora son buenos para hacer una nueva carta que les haga venir.
Por ejemplo, se les puede pedir dormir un poco más, una hora, media hora: la cuestión es quitarse más descansado. Conseguir ese rato extra no es magia: se le toma en el móvil y se le da al descanso. Los Reyes también aceptarán encargos diarios para llevarnos un punto de calma, consistente, por ejemplo, en destinar 10 minutos a cerrar los ojos, respirar y estar en silencio y, después, verlo todo más claro. Lo suficientemente claro para pensar en enviar un mensaje a alguien, o hacerle un truco. La vuelta que tienen este tipo de mensajes es espectacular. O ver más claro para descubrir qué nos ha pasado hoy que nos hace estar tensos o entender bien qué es lo que realmente nos estaba diciendo el otro en una conversación que parecía no tener importancia.
Ya puestos a pedir básicos, podemos pedir aprender a respirar, a andar, oa contemplar, oa andar contemplando. La visita a una exposición puede ser un buen aprendizaje. Y como vivimos rodeados de ruidos, los Reyes pueden enseñarnos a prescindir del ruido de cada día ya prestar atención a los auténticos ruidos de fondo, personales y colectivos. Y ahora viene lo mejor: todos los días que pasa, estos regalos se multiplican exponencialmente y hacen la vida más positiva y coherente. Los Reyes esperan estas cartas a partir de hoy mismo en la dirección habitual.