Salvemos a Europa del fascismo (de nuevo)

El debate de este miércoles por la noche en la Eurocámara fue un brindis a George Orwell, que en 1984 llamó Ministerio de la Verdad al departamento de propaganda. Y esto, desde el mismo título de la sesión: “Amenaza al estado de derecho a consecuencia del acuerdo de gobierno en España”.

En un hemiciclo bastante vacío, los argumentos (para utilizar un término benévolo) de la derecha y extrema derecha europea constituyeron una apoteosis del cinismo: “En Rumanía también se atacó el estado de derecho y salimos a la calle”; "la amnistía es una traición a la independencia judicial porque ahora, en España, si los jueces dictan sentencias que no gustan al gobierno serán perseguidos"; "los separatistas vascos son herederos de unos terroristas"; “el 23 de julio, España se acuesta como un país democrático y al día siguiente se levantó con un gobierno que pactaba con delincuentes y terroristas”; "si saca adelante la amnistía a malversadores, terroristas y sediciosos, la UE será mucho más débil"; “es un problema de identidad excluyente y ustedes, los socialistas, son sus rehenes”.

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El mundo al revés: los fascistas que agujereaban la bandera de España, saludaban brazo arriba y exhibían muñecas hinchables, y la derecha que los acompañaba, mostraban su preocupación por que España deje de ser un estado de derecho. No hablaban, claro, del espionaje con Pegasus a teléfonos de adversarios políticos, ni de imputaciones de terrorismo y rebelión a políticos desarmados ni, por supuesto, de la amenaza al estado de derecho que significa tener cinco años bloqueada la renovación del poder judicial por miedo a perder el control del Tribunal Supremo por la “puerta trasera”.

Lo más triste es comprobar cómo la Europa comunitaria ha normalizado la presencia de la extrema derecha. El PP buscaba un “Help Spain”, pero acabó saliendo un “Salvemos a Europa del fascismo, de nuevo”.