'Somewhere boy': el tesoro por descubrir este verano

La plataforma Filmin ha estrenado recientemente Somewhere boy, una serie británica de Channel4 que nos habla de la voluntad de encajar en este mundo y las dificultades que supone, para muchas personas, conectar con lo cotidiano.

Danny tiene dieciocho años y se ha pasado toda la vida encerrado en una cabaña en medio del bosque, aislado del mundo. Su padre, con problemas de salud mental, se instaló allí con la voluntad de alejarlo de cualquier peligro. Le ha hecho creer que fuera de la casa solo viven monstruos que han terminado con la humanidad. Danny crece rodeado de películas de cine clásico, música, libros y los juegos que se inventa su padre para distraerlo. Pero a medida que crece, la situación resulta insostenible.

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La serie da saltos temporales entre el pasado de Danny en la cabaña y su nueva vida familiar descubriendo el mundo. Y esto ayuda a aliviar la tragedia. Poco a poco vamos entendiendo qué llevó al padre del chico a encerrarse en aquella cabaña y cómo fue su vida. Partimos de una tragedia humana, pero la serie mantiene un equilibrio excelente entre este mundo oscuro del pasado y la vida ordinaria en la que tiene que encajar a la fuerza. Hay miedos, pesadillas y dificultades. Pero también es una serie llena de ternura y un fino sentido del humor. El mundo del cine y la literatura han dado a Danny unas herramientas limitadas para socializarse, pero llenas de inocencia y sinceridad. No tiene prejuicios y observa la vida, ávido por descubrir cómo funciona. El protagonista será clave para ayudar a su primo, de la misma edad, que también tiene dificultades para relacionarse con su entorno.

Somewhere boy es de los creadores de la también maravillosa The End of the F*** World. De hecho, las dos series tienen en común este tipo de desencanto vital de los protagonistas, pero también el deseo por encontrar un sitio que no les sea hostil. La interpretación del actor Lewis Gribben en su papel protagonista es extraordinaria. Diagnosticado en la vida real del síndrome de Asperger, tiene un control del personaje exquisito que lo aleja del histrionismo y los tópicos de conducta en torno a hechos traumáticos. Los conflictos entre personajes, los matices emocionales y los juegos de miradas demuestran un magnífico trabajo de guion.

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La serie nos habla también de la masculinidad hegemónica y la dificultad de muchos hombres para convivir con ese patrón de conducta que los castra emocionalmente. También aborda la salud mental de los hombres sin caer en roles de psicópatas y asesinos en serie. A pesar del terrible caso que origina la historia, de fondo hay un mensaje esperanzador que se traduce también de forma visual. A medida que avanzan los ocho episodios, la serie se vuelve más luminosa. Los personajes son capaces de evolucionar y deshacer poco a poco la maraña emocional del inicio. Sea cual sea la circunstancia que hayamos vivido, todos queremos formar parte de algún sitio, sentirnos aceptados y queridos, pero no siempre sabemos cómo hacerlo. Por tanto, en todos los personajes de Somewhere boy hay algo de cada uno de nosotros.