Aciertos y dificultades de una oportunidad
MadridPedro Sánchez vuelve a sobrevivir. Tiene el PSOE muy excitado y temeroso por el pacto sobre la financiación de Catalunya. Pero ha conseguido que el PSC pueda recuperar la presidencia de la Generalitat en Salvador Illa, paciente tejedor de la lenta marcha hacia una nueva etapa de las relaciones entre las instituciones catalanas y el Estado. Ojalá no haya sustos ni apariciones que puedan dificultar la formación de gobierno en Cataluña. Pedro Sánchez dijo tras las elecciones generales de hace un año, cuando su investidura parecía difícil, "la democracia va a encontrar el camino". La frase se ha convertido para él en un lema. Y ahora puede aplicarla al caso de Isla. La democracia ha encontrado el camino. No lo estropeemos con actuaciones forzadas. Es necesario dar una oportunidad al acuerdo. Hay que evitar repetir algunos de los errores del 2017. En su comparecencia para valorar la consulta interna del viernes, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, apuntó bien cómo analizar la situación surgida de las últimas elecciones en Catalunya y el retroceso de las fuerzas independentistas. El paso de Esquerra es un ejercicio de responsabilidad. Impedir el debate de investidura en el Parlamento y obligar a una repetición de elecciones autonómicas no sería útil para ningún interés de país.
Rovira dijo que el resultado de la consulta también debía llevar a una conducta "vigilante" sobre el cumplimiento de los acuerdos. Habrá que ver hasta dónde llega realmente el reconocimiento de la "soberanía fiscal" de Catalunya. Existen motivos para la desconfianza, por los precedentes. Pero no porque existan razones para creer que el PSOE haya realizado un doble juego con los pactos negociados. Sánchez cree realmente que el modelo autonómico tiene un cariz federal y que ésta es la línea más lógica para su evolución. Pero, como decía Felipe González durante sus años de presidencia del gobierno, todo lo que se haga "al final debe sumar cien". Es decir, la política debe tener imaginación, pero con las cifras no se puede pretender hacer magia. El reto para el ejecutivo de Madrid es conseguir una gestión realista y creíble de los pactos, asumible tanto por parte de Esquerra, y más adelante por la Generalitat presidida por Isla, como por el resto de comunidades autónomas del Estado.
El pacto es bilateral, para llegar no era necesario convencer a terceros. Pero tarde o temprano los acuerdos tendrán que pasar, al menos en parte, por el Parlamento de Madrid. Los cambios que afecten a la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas no serán nunca un paseo. Habrá que subir una montaña, pero no había un camino alternativo. La palabra clave en esta materia es solidaridad. La nueva financiación para Cataluña, su soberanía fiscal y la competencia para la recaudación de impuestos, pasarán los obstáculos que querrán ponerse para impedir su puesta en práctica si se puede demostrar que este acuerdo no es una apuesta por la desigualdad en el acceso a los servicios públicos entre los distintos territorios del Estado. Quien tendrá un primer reto con su gente es Pedro Sánchez, pero no creo que tenga que afrontar problemas insalvables. El PSOE siempre ha respondido hiperventilado frente a los resultados de cualquier negociación con Catalunya, pero las aguas acaban canalizándose.