Alvise Pérez se queda solo en la Eurocámara: "No compartimos sus métodos"
Los otros dos eurodiputados de Se ha Acabado la Fiesta rompen con la formación y se declaran independientes
MadridAlvise Pérez ya sólo se tiene a sí mismo en la Eurocámara. La guerra abierta con los otros dos eurodiputados de Se ha Acabado la Fiesta (SALF), a la que acusó hace dos semanas de haberse vendido a lobistas, ha terminado en ruptura. En una declaración institucional publicada este martes, los números dos y tres de la candidatura que encabezó el agitador de extrema derecha rompen con el líder de SALF y su proyecto. "Ni compartimos sus métodos ni participamos de su entorno", declaran Diego Solier y Nora Junco. En sus perfiles en la página web del Parlamento Europeo se declaran independientes y ya no aparecen vinculados a SALF.
"Rechazamos rotundamente cualquier intento de difamación, coacción o chantaje como los que hemos estado sufriendo por parte del eurodiputado Alvise Pérez. Sus ataques personales, las amenazas públicas y privadas, y las campañas de desinformación contra nosotros –incluyendo acusaciones absurdas y fabrican acusaciones absurdas y fabrican antidemocrático e incompatible con una labor institucional seria", afirman. En declaraciones públicas, el líder de SALF, Alvise, había instado a sus seguidores a "perseguir y pedir explicaciones" a Solier y Junco por haber votado distinto a él en materia de rearme.
"Yo no sé si ha venido un lobi por detrás y me ha comprado un eurodiputado mío. Yo sé qué voto yo", dijo en el podcast Eclécticos worldwide. Los dos eurodiputados críticos con Alvise Pérez niegan esta acusación y contraatacan con las tres causas penales que ha abierto el Tribunal Supremo frente al líder de SALF.
La nueva investigación contra Alvise
La última causa se le ha abierto este mismo lunes por injurias a funcionario público, coacciones y/o odio a través de redes sociales por mensajes sobre una fiscal valenciana. Concretamente, Pérez publicó mensajes en su canal de Telegram contra la fiscal delegada de delitos de odio y discriminación de Valencia, Susana Gisbert, que en declaraciones aEl Paísdenunció que a raíz de estos ataques seguidores del eurodiputado la amenazaron con "matarla y violarla".
El Supremo ve indicios de una intención voluntaria de comprometer el normal desarrollo de la vida cotidiana de la víctima de los mensajes. Las otras dos causas son porhaber aceptado 100.000 euros en metálicoque le dio el criptoempresario Álvaro Romillo para sufragar la campaña de las elecciones europeas –en ésta el alto tribunal aprecia indicios de delitos de estafa, apropiación indebida, blanqueo de capitales y falsedad documental– y por falsedad en documento privado e injurias para difundir una prueba falsa de cóvido-19 de Salvador Illa.
"Las investigaciones judiciales abiertas [...] nos obligan a marcar una frontera ética y política clara", sostienen Solier y Junco, quienes aseguran que "siguen representando a los más de 800.000 españoles" que votaron a SALF. Alvise Pérez lo ha negado reivindicando que la suya era la única cara conocida de la candidatura y el motivo de que los votaran. Ambos eurodiputados replican que "no se puede hablar de regeneración mientras se acepta el matonismo, el chantaje o el dinero negro" y se comprometen a "proteger la dignidad de las instituciones europeas".
Ambos se integraron de "manera individual" hace cinco meses en el grupo Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) de la italiana Giorgia Meloni. Alvise Pérez quedó fuera y no está adscrito a ninguna familia de la Eurocámara. Fuentes de CRE justificaron que el líder de SALF quedara fuera justamente por las investigaciones contra él. Solier y Junco se pronunciaron conjuntamente a través de una cuenta de X, ya no como miembros de SALF, sino como "delegación española del grupo CRE".