Aragonès avisa al empresariado de que Sánchez "está dinamitando" el diálogo con el espionaje

BarcelonaEl encuentro anual del Cercle d'Economia es un foro económico que cada año se acaba convirtiendo en un termómetro del momento político. Si en la edición del año pasado los indultos a los presos políticos fueron los protagonistas, en la inauguración de las jornadas de este año lo ha sido el espionaje político. Y lo ha sido de la mano del president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha avisado al empresariado catalán que el Catalangate "está dinamitando" el proceso de diálogo entre la Generalitat y el Estado. En concreto, lo que está fallando, según él, es la gestión que está haciendo el presidente español, Pedro Sánchez. "Si se cree el diálogo hace falta que se depuren responsabilidades. Es absolutamente necesario", ha dicho.

Este es el segundo año que Aragonès comparece en este foro en su condición de presidente. Para entender el discurso de esta edición, hay que rebobinar hasta el de hace un año. Entonces, cuando solo hacía unos días que había estrenado el cargo, prometió a los empresarios una "nueva etapa" de diálogo con España. Implícitamente, pues, ofrecía rebajar la confrontación. Pasado todo este tiempo, Aragonès ha hecho un balance magro de la estrategia y ha responsabilizado a Sánchez. "Hoy digo con un punto de decepción y preocupación que este compromiso [con el diálogo] no está siendo correspondido por el gobierno del Estado", ha lamentado.

Aragonès y el Cercle comparten la apuesta por el diálogo, pero difieren en el objetivo: para el primero es el referéndum, para el segundo una mejor encaje de Catalunya. Pero con el llamamiento que ha hecho hoy el president, busca que los empresarios remen a favor de esta negociación que no ha acabado de arrancar nunca. Les ha asegurado que su compromiso con el diálogo continúa siendo "absoluto", pero que necesita que Sánchez se mueva y, en primer lugar, que lo haga dando explicaciones convincentes sobre el caso de espionaje. Según Aragonés, lo que hace falta es "generar un punto de inflexión imprescindible para reconstruir la confianza mínima con el gobierno del Estado". A pesar de que no lo ha precisado, este primer paso sería una reunión frente a frente con Sánchez para abordar el asunto.