Carles Fabró, el solucionador de problemas de los siete 'presidents' de la Generalitat
Exjefe de protocolo de la Generalitat
BarcelonaJordi Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès. Probablemente, los siete presidentes desde la restauración de la Generalitat tienen poco en común, pero a todos les ha preparado el terreno, en cada acto que hacían y en cada apunte de la agenda, la misma persona: Carles Fabró. El histórico jefe de protocolo de Palau, nacido en el Prat de Llobregat el 1961, deja el trabajo de los últimos treinta años para ocuparse ahora del palacio de Pedralbes, que Presidencia ha convertido en una subsede de la Generalitat. Fabró poco se imaginaba que sería testigo de primera mano de la historia política reciente de Catalunya cuando, al hacer diecinueve años, murió su padre y se tuvo que hacer cargo de la empresa familiar, de transportes.
El negocio no fue bien y, en los ochenta, cuando apenas empezaba a andar la Generalitat, decidió presentarse a la segunda promoción de los Mossos d'Esquadra. Entonces la policía catalana no tenía funciones y Fabró fue destinado al área de escolta porque sabía idiomas. También diplomado en ciencias empresariales, pronto su tarea no tendría nada que ver con la de policía: habla con autoridades, organiza viajes y reuniones de máximo nivel o garantiza un lugar donde tiene que comer y dormir el presidente. Las vee de todos colores: desde la reina de Inglaterra hasta el emperador del Japón Aki Hito, pasando por el canciller alemán Helmut Kohl, Desmond Tutu, Gorbachov o Yeltsin. Un contacto internacional que él mismo constata que la Generalitat ha perdido durante los años del Procés. Fabró ha sido un imprescindible, un auténtico solucionador de problemas para cualquier inquilino de Palau.