Choque entre el gobierno español y la Iglesia por el caso Cerdán

Obispos catalanes se desmarcan del posicionamiento del presidente de la Conferencia Episcopal

BarcelonaLa presión contra Sánchez para que ponga punto y final a la legislatura continúa. El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, se añade a la derecha y lleva ya días pidiendo un adelanto electoral para que "hablen a los ciudadanos" ante los casos de presunta corrupción que salpican al PSOE. Un posicionamiento que ha recogido esta mañana el secretario general de la institución religiosa, Francisco César García Magán, quien ha asegurado que unas elecciones serían "una salida al bloqueo institucional". El arzobispado de Tarragona y el obispado de Lleida se distancian de este pronunciamiento, y el gobierno español ya ha contestado el mensaje, acusando a la Iglesia de "apartarse de la neutralidad política" en una carta firmada por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y dirigida al propio presidente de la Conferencia Episcopal.

Esta mañana, en la rueda de prensa posterior a la reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal, que reúne a los obispos de todo el Estado, García Magán ha subrayado que Argüello defiende que la Constitución prevé "diferentes instrumentos" para forzar cambios en el gobierno español. Son la moción de censura, que el PP ya ha descartado porque no tiene apoyos suficientes para que prospere, y la cuestión de confianza, que depende plenamente de Sánchez. Sin embargo, consultado por el ARA, el arzobispado de Tarragona asegura que, durante la reunión de la comisión permanente de esta semana, Argüello no hizo ninguna referencia al caso Cerdán. De hecho, confiesan que a Joan Planellas le "extrañó" que no se hablara, y se quejan de que Argüello y García Magán tiren por el derecho: "No pueden hablar en nombre de los obispos porque no se ha consensuado".

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Fuentes del arzobispado insisten en que a la Iglesia "no le toca" hacer posicionamientos como éste, porque la institución "no debe meterse en política". Es una idea que también pone sobre la mesa el obispado de Lleida, que expresa que en términos políticos no tienen "nada que decir". No cree que tenga que hacer ninguna valoración o comentario y se limita a decir que si Argüello ha expresado un posicionamiento, es él quien debe responder. El arzobispado de Barcelona, ​​contactado por el ARA, de momento no quiere hacer valoraciones al respecto.

Bolaños contraataca

Ante el posicionamiento de los eclesiásticos, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha pasado al ataque. En una carta dirigida a Argüello, ha acusado a los obispos de querer un gobierno que se mantenga al margen de cuestiones incómodas para la Iglesia: "Puedo entender también que la Conferencia Episcopal desee un cambio de gobierno con el fin de que los debates sobre la reparación de las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia o de tipificación de las para ustedes", ha dicho.

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Bolaños también asegura que "no es la primera vez" en la historia de España que los obispos se alinean con los partidos de la "derecha y la ultraderecha" –pese a asegurar que actúan al margen de “intereses partidistas”– y lamenta que la Conferencia no pusiera el grito en el cielo ante los escándalos. Además, reprocha a Argüello haber participado en un acto con Santiago Abascal donde, según Bolaños, se abogó por la "supresión de los derechos de las mujeres, los artistas y el colectivo LGBTI". En este sentido, les reprocha la falta de "neutralidad política" que considera que debería mantener la institución. El ministro termina la carta reiterando la "firme voluntad" del gobierno de mantener el diálogo con la Iglesia sobre los asuntos pendientes que el gobierno español pretende abordar "a lo largo de los dos años que quedan de legislatura".