¿Pueden tener consecuencias las falsedades de Mazón y Vilaplana?
El expresidente valenciano podría mentir en su defensa si es investigado, mientras que la persecución del delito de falso testigo es complicada
BarcelonaLos giros y cambios en las versiones que han ido aportando el expresidente valenciano Carlos Mazón y la periodista Maribel Vilaplana sobre la tarde del 29 de octubre de 2024 han sido constantes. A menudo han tenido que ir variando la historia desmentidos por las declaraciones de otros protagonistas en la gestión de la dana, que en la Comunidad Valenciana provocó 229 muertes. Los whatsapps que el pasado viernes entregó la exconsejera valenciana Salomé Pradas son el último ejemplo de todo ello y dejan aún más al descubierto Mazón, que a las cuatro y media de la tarde ya sabía que había un muerto en Utiel y, sin embargo, decidió seguir comiendo con Vilaplana.
En sede judicial, la periodista negó, además, que durante el almuerzo Mazón llamara al presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, después de que ella recibiera un mensaje con imágenes de las afectaciones a Utiel. Mompó la desmintió reconociendo en una entrevista reciente que esa llamada existió (seis minutos después de que Vilaplana recibiera el mensaje, de hecho), y la jueza instructora consideró "altamente improbable" que la periodista no oyera la conversación. ¿Pueden Mazón y Vilaplana sufrir alguna consecuencia judicial para ir cambiando la versión?
De entrada, hay que diferenciar la situación de cada uno. El expresidente de la Generalitat Valenciana mantiene su escaño en Les Corts y, por tanto, el aforo. Por eso, la juez de Catarroja que investiga la gestión de la dana no puede imputarle. En caso de que abandone el escaño, será entonces cuando la magistrada tendrá vía libre para su inclusión en la causa en condición de investigado. Este sábado, familiares de las víctimas mortales han reclamado a Mazón precisamente que abandone las Corts después de que trasciendaran los whatsapps de Pradas.
"El modelo judicial español es garantista. Es decir, se protegen los derechos del acusado y es el acusador quien debe poner las pruebas", explica el jurista y catedrático de filosofía del derecho en la UPF Josep Joan Moreso. "El acusado está autorizado a no hacer nada que vaya en su contra, y si decir la verdad fuera en su contra, puede mentir", relata. Por ahora, Mazón sólo ha comparecido en las comisiones de investigación de la dana en Les Corts y en el Congreso, donde sí estaba obligado a decir la verdad. El artículo 502.3 del código penal contempla multas e incluso una pena de prisión de entre seis y doce meses si se falta a la verdad en estas comisiones. Ahora bien, nunca se ha llegado a condenar a nadie en virtud de este artículo.
¿Delito de falso testigo?
El caso de Vilaplana es distinto. La periodista acudió a declarar ante el juzgado en calidad de testigo. En esa condición, ella sí está obligada a decir la verdad. Una obligación que el tribunal recuerda en sala judicial: "Se te dice que tienes la obligación de decir la verdad, y en caso de no decirla se te advierte que puedes incumplir tu obligación y, por tanto, incurrir en un delito de falso testigo", detalla el profesor asociado de derecho penal de la UB y abogado Pol Olivet.
Sin embargo, el catedrático de derecho procesal de la UB, Jordi Nieva, advierte que, tanto en el caso de Mazón en las Corts y en el Congreso como en el de Vilaplana en los juzgados, se trata de un delito "que no es fácil de perseguir". "Estamos pidiendo una memoria fotográfica de unos hechos de hace más de un año, y con el paso del tiempo los recuerdos se difuminan y reinterpretan", advierte el catedrático, quien recuerda: "No se puede condenar a una persona para que se equivoque". Olivet concreta que la línea entre una verdad a medias o una falsedad fruto de la vaguedad causada por el paso del tiempo y una falsa declaración sancionable puede interpretarse que se traspasa cuando lo declarado difiere claramente de la realidad, afectando a "cuestiones nucleares" de la causa. En cualquier caso, la mentira debería ser "flagrante" y debería poder demostrarse que se ha mentido intencionadamente.
Al ser muy difícil probar un delito de falso testigo porque es complicado determinar si se ha hecho una falsa declaración deliberadamente, "lo más probable es que [en Vilaplana] se la volviera a citar a declarar", apunta Olivet. Por el momento, tras su declaración, la acusación popular pidió que se le abriera una pieza por falso testigo a raíz de afirmaciones que sospecha que no encajan con la realidad. Un ejemplo es el hecho de que Vilaplana no oyera la llamada entre Mazón y Mompó esa tarde de noviembre. Aunque la jueza consideró este hecho "altamente improbable" a raíz de las dimensiones del reservado donde almorzaron el expresidente y la periodista, rechazó abrirle a Vilaplana una investigación por falso testigo. Por ahora también cerró la puerta a volver a citarla a declarar. Esto será así, al menos, mientras no salgan más informaciones contradictorias con su declaración.