Corinna apunta ante el juez a Juan Carlos I como responsable de las amenazas del CNI contra ella

La ex amante del rey se sintió "aterrada" por Sanz Roldán en 2012 y él niega haberse comunicado con ella

Corinna zu Sayn-Wittgenstein
Ot Serra
14/01/2021
4 min

MadridCorinna zu Sayn-Wittgenstein se sintió "aterrada" en abril y mayo de 2012 cuando, supuestamente, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) intentó quitarle documentación confidencial sobre Juan Carlos I de su apartamento y oficinas en Mónaco. Lo ha confirmado ella misma en la declaración como testigo en el juicio contra el ex comisario José Manuel Villarejo por haber presuntamente calumniado al ex director del CNI Félix Sanz Roldán cuando aseguró que había amenazado de muerte a la ex amante del emérito en una entrevista al programa Salvados de La Sexta. Cuando se le preguntó por qué no denunció a Roldán, Corinna ha asegurado que si lo hacía también debía denunciar a Juan Carlos I "por haberle dado la orden". "Como estaba protegido por la ley, no habría tenido ninguna consecuencia", argumentó.

Corinna y Villarejo, dos de los nombres más destacados de la actualidad político-española, se han dejado ver este viernes en el primer juicio al ex comisario de la Policía Nacional. La empresaria de origen danés ha comparecido como principal testigo para acreditar la tesis de la defensa de Villarejo. "La entrada ilegal en mis oficinas y en mi casa me aterró", ha asegurado Corinna durante la declaración. "¿Qué palabras utilizó Sanz Roldán que le generaron miedo?", le ha preguntado el letrado: "El hecho de darme instrucciones y recomendaciones que debía seguir porque, si no lo hacía, no podía garantizar mi seguridad ni la de mis hijos", ha contestado.

Esta versión la ha desmentido categóricamente Sanz Roldán, que ha asegurado que este viernes ha visto por primera vez personalmente a Villarejo. El ex director del CNI ha negado responder al nombre de Paul Bon, el anónimo con el que según Corinna se le dirigió a través de correo electrónico con tono amenazante. Escudado en la ley que le permite no responder sobre determinadas cuestiones que supongan revelar secretos de estado, el general ha evitado dar detalles sobre la reunión que el 5 de mayo del 2012 mantuvo con la implicada en un hotel de Londres. "El hecho de que el jefe de seguridad del Estado viniera a visitarme ya era bastante espeluznante", dijo Corinna.

Con toda la contundencia posible, Sanz Roldán ha subrayado que "nunca, nunca, nunca" había amenazado la vida de una mujer y sus hijos, y ha llegado a decir que todo le parecía "un poco de broma". El choque entre Villarejo y el ex director del CNI se ha revelado evidente, pero esto no quiere decir que el ex comisario no tuviera relaciones con los servicios secretos españoles. Aunque Sanz Roldán manifestó que no conocía a Villarejo ni que trabajase como agente encubierto para el organismo de inteligencia del Estado, el acusado ha remarcado que se entrevistó con Corinna en Londres -donde le explicó las supuestas amenazas de Roldán- y grabó la conversación con micrófonos facilitados por el CNI.

Proteger a la monarquía

En el fondo, unos y otros perseguían lo mismo: que información comprometedora que guardaba Corinna sobre el rey emérito no saliera a la luz. "Tuve una reunión con el CNI y me dijeron que era muy importante recuperar documentos que afectaban a la seguridad del Estado. Intenté seducirla, engañarla, captar información y ganarme su confianza. Me la iba ganando poco a poco", ha explicado Villarejo antes de ser preguntado por si el objetivo era proteger a la monarquía. "Absolutamente, no solo la monarquía, sino el Estado en conjunto", ha afirmado.

L'excomissari José Manuel Villarejo, declarant en el judici sobre presumptes calúmnies contra l'exdirector del CNI

Después de más de tres años en prisión preventiva, Villarejo ha tenido la oportunidad de expresarse públicamente. "No me arrepiento de nada, aunque hace casi cuatro años que estoy preso, y lo que me espera. Para mí ha sido un honor [...]. Este es un país absurdo donde insultan diciéndote patriota. el comisario de la brigada patriótica. ¡Pero si la obligación de un policía es ser patriota! Pero así van las cosas...", ha declarado.

A pesar de que en algunos momentos ha parecido que el acusado fuera Sanz Roldán, es Villarejo quien se enfrenta a una petición de dos años de cárcel de la Fiscalía. En la exposición del informe final, con todo, el fiscal ha anunciado que retiraba el delito de calumnias, si bien la Abogacía del Estado lo mantiene. A parte de este delito, también se le acusa de denuncia falsa por haber atribuido al general la filtración a El País de una fotografía suya bajando de un avión en Melilla en 2015. El ex comisario aseguró que solo la podía haber facilitado el CNI -él directamente "o una persona autorizada por él"- porque apareció dos años más tarde del momento de los hechos y, precisamente, coincidiendo con las primeras noticias sobre los escándalos de Villarejo. Pero Sanz Roldán afirmó que no vio la imagen hasta que se publicó en El País.

Las declaraciones se giraron en su contra y la Fiscalía y la Abogacía del Estado promovieron una acusación por denuncia falsa y calumnias. Lo que este viernes se tiene que dilucidar, en una única sesión, es si el procesado hizo estas manifestaciones “a sabiendas de que estaba mintiendo”, tal como sostiene en su escrito el ministerio público, que pide dos años de prisión.

De hecho, ha asegurado que no hay ningún elemento que permita corroborar que fuese en Melilla en 2015 -más allá del pie de foto escrito por diario- y no le pareció extraño que no estuviera firmada. Villarejo sitúa esa operación antiterrorista secreta en Marruecos como el origen del enfrentamiento con Sanz Roldán, a quien en conversaciones grabadas calificaba de "generalísimo" y "control". "Mi ánimo no era injuriar, era definitorio", se ha justificado Villarejo.

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