Debate del estado de la nación

El debate que hizo pasar a Manuel Fraga por el supermercado

Este martes empieza el debate del estado de la nación después de siete años de compás de espera

BarcelonaEl presidente español llega con la resaca de haber tratado codo con codo con líder mundiales. La cumbre de la OTAN de Madrid le ha dado la pompa para encarar uno de los debates más importantes del año: el del estado de la nación. Se encontrará un líder de la oposición que se está adaptando al cargo. Es su primera prueba de fuego. ¿Quién son? José María Aznar y Josep Borrell en 1998. A muchos, la memoria más reciente les habrá hecho pensar en Pedro Sánchez, que también llega al debate de este martes con la autoestima de la cumbre de la OTAN, y en Alberto Núñez Feijóo, líder del PP una vez cerrada la crisis en el partido. Dos historias paralelas con 26 años de distancia y 25 debates del estado de la nación de por el medio.

Se le atribuye el invento a Felipe González en 1983, pero no fue del todo suyo, sino de Gregorio Peces-Barba, entonces presidente del Congreso. Lo ha explicado él mismo en alguna ocasión: los partidos estaban enfadados porque en casi un año de mandato González no había comparecido y le propuso hacer algo pareciendo al debate sobre el estado de la unión de EE.UU.. Al presidente español no le hizo mucha gracia, pero accedió. En el primer debate se encontró frente a frente con el líder de Alianza Popular, Manuel Fraga, y la temática también podría valer para la actualidad: la inflación. ¿Cómo se prepara Fraga este debate? Yendo al supermercado el día de antes. "He ido al que hay más cerca de mi casa y he visto que una botella de aceite de oliva ha pasado de 217 pesetas a 234", dijo desde el atril.

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La entrada en la OTAN de España (1982) ya encendía el debate entonces y ahora también se prevé que la Alianza Atlántica tenga protagonismo los próximos días en el Congreso. Después de Fraga llegó al frente de Aliança Popular de forma efímera Antonio Hernández Mancha. No era diputado, e intentó poder intervenir igualmente desde el Congreso. Solo le permitieron sentarse en su bancada sin tomar la palabra y este precedente lleva ahora a Feijóo a no poder encararse con Sánchez. Lo pidieron a los letrados del Congreso y la respuesta fue la misma que en los años 80.

No fue hasta la llegada de Aznar que González empezó a sufrir. En un debate del estado de la nación oyó por primera vez cómo Aznar le decía "Váyase, señor González, váyase", que se acabó convirtiendo en una constante de aquella legislatura. Era el 19 de abril del 1994. Los GAL o casos de corrupción como Filesa empezaron a centrar los debates y la crispación subió. Aznar le reprochaba que la corrupción pasara por su lado sin que se diera cuenta. Ahora esto se le reprocha a Aznar por la Gürtel.

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Con un PSOE inestable hasta la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero, Aznar pasó por tres debates cambiando de interlocutor en tres ocasiones: González, Borrell y Joaquín Almunia. Con Zapatero tendría tres más, sobre todo marcados por la guerra de Irak. "Es parlamentarismo puro", opina el exdiputado convergente Carles Campuzano sobre estos debates. A Aznar, explica, esto le iba muy bien. Sobre todo, expone, eran "interesantes" sus réplicas a los partidos nacionalistas, donde siempre acababa apareciendo Catalunya. "Es un tema permanente", describe, y comenta que más de un diputado valenciano o vasco se indignaba por la omnipresencia de los asuntos catalanes.

“Torcer” la Constitución

De la boca del PP salieron acusaciones que hoy todavía resuenan: tildaron a La Moncloa de querer “torcer” la Constitución. No por los indultos ni por la mesa de diálogo, sino por la reforma del Estatuto de Autonomía. Lo dijo Rajoy en 2007 y Zapatero le acusó de "catalanófobo". Todo esto se lo miraba desde la bancada de Iniciativa el entonces diputado Joan Herrera. Recuerda la "tensión dialéctica" de los debates, que todavía era más difícil de aguantar por los gritos de los diputados de un partido y otro: "En Catalunya el Parlament es más amodorrado".

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La crisis económica marcó los últimos debates de Zapatero –que vivió seis– y los primeros de Rajoy. El último del expresidente popular fue en 2015, teniendo un frente a frente con Pedro Sánchez. Con la cuestión catalana en primera página, Sánchez le reprochó su "inmobilismo", seguramente lo que le reprocharán a Sánchez este martes Esquerra, Junts, el PDECat y la CUP. Será el primer debate de Sánchez, que responsabiliza a las repeticiones electorales y la pandemia de estos siete años de espera.