El día que a los militantes del PSOE les dio vergüenza bajar al bar

BarcelonaLa política no se produce solo en los pasillos o en los despachos de los Parlamentos, sino también, y quizás sobre todo, en los bares, en las sobremesas familiares o en la cola del mercado. Por eso, para calibrar el alcance de la crisis que afecta ahora mismo al PSOE, tenemos que ponernos en el lugar del militante de base, especialmente el que vive en un pueblo o en una ciudad mediana gobernada por la derecha, y que cada día baja al bar a librar una batalla por las ideas.. El jueves, este militante, por primera vez en muchos años, tuvo vergüenza y se quedó en casa.

La combinación de corrupción, machismo y falta absoluta de límites morales que se desprenden de los audios dejan a este militante sin relato y sin argumentos ante sus vecinos del PP o de Vox. Una de las misiones de los partidos y de los bloques políticos es abastecer el arsenal ideológico de su tropa para que estén en condiciones de luchar en todos los frentes. Y, cuando esto falla, todo el edificio se derrumba y los soldados corren a la desbandada para salvarse.

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Esto es exactamente lo que le ha pasado al PSOE esta semana. El mal es irreparable porque el escándalo afecta al núcleo del discurso con el que los socialistas se diferenciaban del PP desde la moción de censura: la decencia. Y hay que subrayar que, en este sentido, los escándalos de corrupción siempre afectan más a los electorados de izquierdas que a los conservadores, que en esto son más cínicos y piensan que la corrupción no tiene color político. La gente de izquierdas quiere pensar que no, que ellos son diferentes, y cuando se demuestra que no es así sufren una especie de crisis de identidad.

Los papeles de Bárcenas

Se puede pensar que el escándalo de los papeles de Bárcenas era mucho más grave que el caso Koldo porque en él participaba todo el partido. Todo el mundo cobraba sobres en B e incluso la sede de Génova se reformó con dinero negro. Era una corrupción estructural, mientras que, por el momento, la del PSOE parece circunscrita al tridente formado por Santos Cerdán, Koldo García y José Luis Ábalos. Pero esto da igual. Ese escándalo resulta mucho más letal para el PSOE de lo que lo fue aquel para el PP porque, al fin y al cabo, nuestro militante tendrá que dar la razón a sus vecinos cuando vaya al bar y le digan: "¿Ves como todos son iguales?"

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