Todos los (diferentes) caminos de los indultados fuera de prisión
Compartieron más de mil días la condición de presos políticos, pero, al salir de la prisión, ahora hace un año, separaron sus caminos. Los nuevo líderes indultados no han renunciado a hacer política, pero la ejercen de manera muy diferente
Si Turull dio un paso adelante, Sànchez lo dio al lado cediéndole, precisamente, el lugar de secretario general de Junts. Paradójicamente, el exlíder de la ANC ha ejercido más tiempo el poder en el partido desde dentro de prisión que desde fuera. Su siguiente misión lo alejará del combate político del día a día: tiene previsto dirigir la fundación de la Crida Nacional per la República, el futuro think tank de JxCat. Una manera de seguir influyendo, pero desde una óptica diferente.
No renunció nunca a ejercer su influencia en Junts, pero, a diferencia de Junqueras, desde hace solo un mes ha asumido todos los galones de su organización, concretamente los de secretario general del partido. En convivencia con la presidenta del Parlament y también de Junts, el exconseller tiene la misión de recoser un partido donde demasiado a menudo se ven las diferentes facciones, con el gran objetivo de volver a conquistar la presidencia de la Generalitat.
El exconseller de Exteriores entró en la dirección de ERC mientras estaba en prisión y se mantiene como vicesecretario general de Prospectiva y Agenda 2030. Pero, al margen de esto, se podría decir que actualmente centra una parte de su actividad en la reflexión. Lideró la elaboración de la última hoja de ruta de ERC –que renovaba la apuesta por el diálogo–, ha presentado la tesis doctoral y está escribiendo libros, por ejemplo uno sobre el respeto y otro sobre el deporte y la política.
A sus 67 años ya está jubilada, pero no se puede decir que la expresidenta del Parlament tenga la agenda vacía. Es copresidenta de la Assamblea de Mujeres de ERC, miembro de la ejecutiva de la Plataforma per la Llengua, del grupo promotor del Pacto Social por la Amnistía y la Autodeterminación, y preside la asociación de memoria histórica Amics de Casa Macià. A veces todavía encuentra tiempo para ir por Catalunya y presentar su libro Escrivim el futur amb tinta lila.
El suyo es un caso singular. En lugar de saltar de las entidades a los partidos, como hicieron en su día Jordi Sànchez y Carme Forcadell, él ha hecho el camino a la inversa. Desde el febrero pasado es vocal de la nueva junta de Òmnium Cultural, liderada por Xavier Antich, y se lo puede ver a menudo en los actos. Aun así su presente laboral está en el sector privado. Desde la planta 15 del edificio de su sede barcelonesa, el exconseller de Interior ejerce de abogado en el gabinete jurídico de Mediapro.
La exconsellera copreside con Forcadell la asamblea de Mujeres de ERC y trabaja como técnica en la Fundació Josep Irla, vinculada al partido. Su paso por prisión no lo ha alejado de sus orígenes políticos, el sindicalismo. Todavía milita en la UGT y ha estado preparándose para dirigir, de cara al curso próximo, un curso de especialización en mediación laboral en la Universitat de Girona. También ronda arriba y abajo presentando el libro que ha escrito con su hermana Montse.
El autor de la célebre frase “Lo volveremos a hacer” es el expreso político que vive más alejado de los focos. Para sorpresa de muchos, el enero pasado anunció que dejaba la presidencia de Òmnium y lo hizo atreviéndose a plantear que hacían falta “nuevos liderazgos” para pilotar el Procés, sobre todo ahora que entre los partidos reina la desunión. Desde entonces centra sus esfuerzos en su empresa de embalaje, Aranow, que está buscando expandirse internacionalmente.
Uno de los indultados que menos se prodiga públicamente, quizás porque vive centrado en su salto al sector privado. El exconseller de Territorio trabaja en la Mutua de Terrassa como director de Compromiso Verde con el objetivo de “descarbonizar” la actividad de la entidad. No ha dejado del todo la prisión, puesto que a veces vuelve para entrevistarse con algún preso para su programa de 8TV, Celda 61. También ha invitado a alguno de sus excompañeros presos políticos.
El paso por la prisión no le arrebató la condición de presidente de ERC y, una vez en libertad, está poniendo en práctica el liderazgo bicéfalo que buscan los republicanos: Aragonés lleva la batuta de la Generalitat y él la del partido. Para hacerlo, Junqueras se ha volcado en la elaboración de las candidaturas municipales, la presentación de candidatos y el diseño de la doctrina de la formación. Es el líder más longevo de la política catalana y no hay señales de que quiera dejar la primera línea.