ERC y PSOE buscan un relato para los presupuestos

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El diputado Gabriel Rufián (ERC) y el presidente español, Pedro Sánchez.

MadridLa decisión de dar o no apoyo a unos presupuestos siempre es política, en sentido amplio, y no depende tanto del proyecto en sí ni de unas partidas concretas. En el caso de las cuentas del Estado, ERC ya hace tiempo que hizo la apuesta de apoyar al gobierno de Pedro Sánchez, porque entiende que es lo mejor que se puede hacer en el actual contexto y porque es la única manera de dar recurrido a su estrategia de diálogo y negociación con el Estado. Esto no obsta, sin embargo, para que la decisión se tenga que acompañar de un relato justificativo, una especie de peix al cove 2.0, que permita a ERC aparecer ante la opinión pública como el conseguidor de más recursos para Catalunya. Y a su vez el PSOE necesita que el apoyo de los republicanos no lo desgaste ante sus barones.

El problema es que la experiencia de los últimos años ha enseñado a ERC que no sirve de nada llegar a pactos, por ejemplo de inversiones, si después la ejecución se sitúa en un misérrimo 40%. Por eso este año la negociación irá más por el lado de las garantías que de los contenidos. De alguna manera ERC necesita blindar que el dinero –si no todo, una proporción suficiente– llega realmente a Catalunya y taponar así la rendija por la que Junts está siendo especialmente efectivo para atacar a los republicanos.

Por otro lado, no se puede obviar que ERC pretende usar la palanca de los presupuestos para obtener resultados tangibles en la mesa de negociación, que se tiene que volver a reunir antes de final de año. Aquí las conversaciones giran alrededor de la reforma de los delitos de sedición y de malversación, con la idea de facilitar el regreso de los exiliados y mejorar la situación procesal del resto de cargos encausados. Esta es la verdadera negociación importante, la que determinará si la compleja relación entre el PSOE y ERC, que se necesitan mutuamente pero a la vez compiten por la hegemonía en Catalunya, supera la fase actual de bloqueo y desconfianza mutua para abrir una nueva etapa. Un alto dirigente del PSOE en Madrid califica esta relación de "esquizofrénica" porque tanto Gabriel Rufián en el Congreso como Mirella Cortés en el Senado son muy duros en sus discursos, a pesar de que después acaben pactando con ellos.

Enmienda a la totalidad

En las próximas horas ERC anunciará si presenta una enmienda a la totalidad, cosa que volvería a poner la negociación al límite, o si renuncia a ello a cambio de algún tipo de compromiso del PSOE y centra sus esfuerzos en la mesa de diálogo. Esto provocará que se llegue a finales de noviembre con varias negociaciones en paralelo que tendrían que culminar en un acuerdo global que incluya adelantos en la desjudicialización, pasos concretos para el reconocimiento del catalán en Europa y en el Senado y un pacto de presupuestos que podría ser a dos bandas (ERC aprueba los de Madrid y el PSC los de Barcelona). Este es el escenario más probable a estas alturas, y más después de la salida de Junts del Govern. Pero ya se sabe que en la relación Catalunya-España siempre hay imprevistos que lo pueden hacer saltar todo por los aires.

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