El último convergente en dar el salto a Puigdemont

BarcelonaAlbert Piñeira (Puigcerdà, 1980) era escogido el martes como nuevo director general de la Casa de la Generalidad en Perpiñán relevante Christopher Person después de que éste se negara a hablar de la Cataluña del Norte. El exalcalde puigcerdanense del PDECat y Junts se convierte así en el último fichaje del mundo convergente que ha hecho el presidente Salvador Illa después de las incorporaciones de Miquel Sàmper, Ramon Espadaler o David Bonvehí. La formación de Carles Puigdemont no pierde a un dirigente cualquiera.

Piñeira, licenciado en ciencias políticas y de la administración, era uno de los grandes activos del partido en tierras pirenaicas. Consiguió arrebatar la alcaldía a ERC en el 2011 con sólo 30 años y revalidar la victoria por mayoría absoluta en las dos siguientes elecciones hasta dar un paso al lado en las últimas del 2023. "Es un animal político, sólo hacía vacaciones dos o tres días al año, y es el alcalde que ha sacado los mejores resultados en una capital.

Situado siempre en el eje moderado del independentismo, Piñeira forma parte de la órbita convergente que no se siente incómoda con el presidente Salvador Illa. "Puigcerdà se asemeja más a L'Hospitalet de Llobregat que a Bolvir por la alta inmigración que ha recibido en las últimas décadas, primero española y después sudamericana, y en campaña, la estelada se esconde", explican las mismas fuentes.

Miembro fundador del PDECat, el distanciamiento con Junts, donde todavía milita –según su entorno–, llegó con la configuración de las listas en las últimas elecciones generales. Piñeira tenía que ir como número dos por Girona, pero finalmente acudió Josep Maria Cervera, y se le situó de segundo en el Senado, donde no salió escogido. "Se priorizó quien fue leal con Junts y se purgó a la gente del PDECat", lamentan miembros que habían estado en este partido, que concluyen que "Illa les ha marcado un gol porque ahora desde Junts ya no pueden cargar contra él". Gran amante de la montaña, su otra gran pasión es la música. De hecho, siempre dice que de no haber sido político, habría sido director de orquesta. Su misión es ahora marcar el compás de la Cataluña del Norte, con la batuta, con más acierto que Person.